“Porque soy como el árbol talado, que retoño y aun tengo la vida”MIGUEL HERNANDEZ.
Mañana es el día del libro he aquí mi homenaje al maestro Renato Agagliate: El árbol libro de Sanare, en el Estado Lara.
Vida de árbol, vida de libro; trascendencia entre hojas.
El inmenso deseo de quedarse en alguien, de llegar al otro y ser parte de la naturaleza en el más hermoso equilibrio.
Una entrega sin límites, darse por entero a la educación, a la investigación de los topónimos, a la ecología y a la palabra que nos hace despertar la imaginación.
Así es la vida del maestro Renato Agagliate, "un hombre venido de muy lejos"; valga la frase del italiano Amadeo Minghi cuando escribe su famosa canción a Jesús de Nazaret, ese otro maestro que nació para amar a la humanidad: a los hombres y mujeres que hacen y sufren la historia, a todos por igual.
Renato Agagliate, aunque nació en Italia; podemos decir que es un Sanareño, es un Larense y es un Yanomami.
Le conocemos por sus cuentos, entre tantos otros: “La Fumarola de Sanare”, “Las Quintillizas de El Tocuyo”, “La Venada de las patas feas” y “El árbol que quería ser libro”, donde nos pinta a Sanare y sus muchos años de Director de la Biblioteca Pública Andrés Bello, actividad reconocida y premiada por la UNESCO.
Allí en Sanare, en el Estado Lara, como el sauce del cuento Renato se hizo viejo, cobijado en el agradable clima de la zona y disfrutando de las bondades de las montañas que amaba desde niño cuando vivía en su natal Piamonte y que pudo conocer a profundidad en sus visitas constantes al Amazonas, donde a decir por sus propias palabras: “cuántas cosas aprendí de los indígenas, su lengua, su modo de vida, la capacidad de organización común, piensan en el colectivo y respetan el equilibrio de la naturaleza ¡ cuántas cosas me enseñaron! ".
Y es que Renato, es un gran lector de la vida, de la gente, de las almas y las circunstancias que las modelan: las adversidades, las injusticias y del dolor que nunca es ajeno porque el otro también forma parte de su vida.
Para él un verdadero aprendizaje está en el contacto con el pueblo, en el intercambio constante y sincero de conocimientos libres a la luz del sol o de la luna, sin jaulas y sin fronteras. Por eso desde su llegada a Sanare siempre ha enseñado; idiomas, música, ecología y sobre todo la semilla del humanismo.
Renato es una persona que cree en la trascendencia del pensamiento, por eso escribe y por eso es libro, en él podemos leer cada pueblo que ha visitado, cada planta y cada animal que ha visto y aunque muchas especies tristemente han desaparecido, permanecen en su la palabra de lucha y reflexión ecológica que nos invita a la unidad y armonía con la naturaleza.
Leemos en sus páginas a quienes lo han tocado, volamos en las alas de sus ríos, nos aventuramos junto a un cocuyo a subir a un árbol para alcanzar las estrellas, conocemos el cerro que emana leche, las tierras de paujíes copete de piedras y hemos apreciado la belleza en una venada de patas feas.
Y aunque en la actualidad este árbol libro de Sanare está jubilado, sabemos que continúa escribiendo, confrontando ideas, despertando a la gente con inquietudes, invitándonos a soñar un sueño lúcido pero colectivo, a pensar en un todo, a dejar de individualizarnos, a buscar el ser antes de perdernos en el consumir, brindando siempre el sentido de solidaridad y hermandad.
Así es Renato Agagliate el maestro, humilde, sincero y honesto, el luchador incansable.
Si aún no lo conocen vayan entonces a Sanare, a leerlo, como al sauce del cuento y posiblemente aprendan de él lo que es el sentir social tan necesario para esta “revolución”, porque como lo decía el novelista español Ramón Sender:
“Para mi la realidad política no existe, es una frivolidad, lo único que quiero es un sentir social”.
Escucha y lee los cuentos Renato en los siguientes enlaces:
EL ARBOL QUE QUERÍA SER LIBRO.
LA TOS DE BOLÍVAR.
Cuento de Renato Agagliate.
CUENTO DE RENATO AGAGLIATE.
PENSAR Y VOLAR.
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