domingo, diciembre 21, 2008
¡FELIZ NAVIDAD!
sábado, diciembre 20, 2008
DUDAS: HALLACA O HAYACA.
La gran duda referente a este vocablo tiene que ver con la ortografía y la etimología pero nunca con el concepto porque con h o sin ella con ll o con y, para los venezolanos comer, hacer y disfrutar de las hallacas en diciembre es parte de una tradición navideña sumamente arraigada.
Aunque la Real Academia acepta ambas palabras: hallaca y hayaca. Decanta su preferencia por el vocablo hallaca:
1. f. Ven. Pastel de harina de maíz, relleno de un guiso elaborado con pescado o varias clases de carne en trozos pequeños, y otros ingredientes, que, envuelto en hojas de plátano o cambur se hace especialmente por Navidad.
Según el profesor Ángel Rosenblat, estudioso de la etimología, nos dice:
"La hallaca es la variante venezolana del tamal, un tamal estilizado, refinado y perfeccionado por el gusto barroco de nuestras cocineras. Y su nombre tradicional ha sido también tamal en Venezuela, hasta que modernamente se sustituyó por el indígena de hallaca.
¿Y cómo ese tamal pasó a llamarse hallaca? Los tamales han adoptado a veces nombres diversos en las diferentes regiones hispanoamericanas, quizá para diferenciar los tipos: en Cuba, tayuyo o bacán; en Puerto Rico, guanime, mapiro, mandullo, zorullo o zurullo y aun amarrao o civil. Nada tiene de particular que en Venezuela se llame hallaca. Pero ¿por qué se llamó así? Hemos encontrado un dato importante. Un documento del 13 de septiembre de 1608, publicado por el Archivo General de la Nación (Encomiendas, tomo V, pág. 165), trae una lista de personas que acudieron a reprimir la sublevación de Nirgua. Y en ella leemos (modernizamos la ortografía):
... Salvador Rodríguez, el cual lleva para su avío sayo de armas, espada y rodela y un arcabuz, dos libras de pólvora y cuarenta y seis balas, poco más o menos, tres rollos de cuerda, diez pares de alpargates, dos hachas de cuña, una caja de cuchillos carniceros, tres petacas de bizcocho, once quesos, dos adorotos de carne, una carga de harina de maíz, tres cargas de maíz, una almarada y agujas para alpargates, cuatro indios y una india de servicio, una piedra de moler, cinco bestias mulares, cuatro caballos, dos rolletes, tres hayacas de sal grandes, calcetas, calzones y otras menudencias de casa y de la guerra.
Ya en 1861 el señor José A. Díaz en “El Agricultor Venezolano o Lecciones de Agricultura Práctica Nacional” expresaba sus dudas sobre la ortografía y se parcializaba por la palabra ayaca pues a su entender tenía mejor armonía con el tratamiento y pronunciación de las lenguas indígenas.
A comienzos del siglo XX se encuentran varias opiniones valiosas en “Cocina criolla” de Julio Febres Cordero, Mérida 1899; “Libro raro” de Picón Febres, Curazao 1912; “Glosario del Bajo Español en Venezuela” Alvarado 1926 y “Enciclopedia Larense” de Silva Uzcátegui, quienes tratan la vertiente filológica con gran pasión y hasta con burla hacia los Académicos españoles.
La palabra hallaca aparece en el Lexicón o Vocabulario de la lengua general española del Perú, compuesto por el Maestro Fray Domingo de Santo Tomás y publicado en Valladolid en 1560 como voz quechua y se refiere a “un pollo tierno de ave, generalmente, antes que tenga plumas”.
Poco tiempo antes, en 1538, en el juicio de residencia contra el gobernador Ambrosio de Alfinger, llevado a cabo en Coro por el Dr. Nicolás Navarro, se acusó de crueldad a Luis González de Leyva, teniente general y alcalde mayor de Maracaibo pues hizo atar a un palo al soldado Francisco de San Martín “y le mandó colgar del pescuezo dos hallacas de maíz... porque cogió a unos indios unos ovillos de hilo de algodón y unas ahuyamas para comer”
Una vez impuesto hallaca en lugar de tamal, es natural que se haya generalizado hallaquita para el tamal más pequeño, sin guiso, que se acostumbra envolver en hojas de maíz. Sin embargo, hay también hallaquitas de chicharrón, de queso, o de jojoto, y Tulio Febres Cordero, en su Cocina criolla, ha dado una receta para hacer hallaquitas de agua, con carne de res y de cochino.
A mediados del siglo, la voz ya había escalado las alturas andinas. El 14 de diciembre de 1858 una crónica humorística de La Abeja, de Mérida, anuncia la proximidad de los bollos navideños, a los que llaman gratos hallacos: «Puesto que los bollos rígidos son tan sólo hallacas machos».
Hacia la misma época, en las Navidades de 1859, se reunía en Caracas un grupo de personas para comer en buena compañía unas suculentas hallacas de gallina. En el preludio de la sesión gastronómica, Juan Vicente González, con un encendido discurso (El Monitor Industrial, 4 de enero de 1860), exaltó las bellezas de su plato preferido, «de fragancia heliotrópica», al que consideraba ambrosía, y lanzó al ruedo una etimología, indudablemente humorística: hallar + arca. El etimologismo de los aficionados generalizó desde entonces la ll.
Contra esa ll y esa etimología reaccionó Adolfo Ernst en 1885 (La Opinión Nacional, Caracas, 31 de diciembre). Defendió la grafía ayaca, apoyado en un tupí-guaraní ayuá o ayá, revolver, mezclar, confundir, del que se había formado un sustantivo ayuacá, lo mezclado o revuelto, o ayayucá, cosa o substancia amasada. Ernst era un notable naturalista, pero sus etimologías no se pueden tomar en serio, aunque, como hemos visto, no es descartable el origen tupí-guaraní.
En ese tiempo Bolet Peraza hace también el elogio de la hallaca, en su evocación del viejo mercado de Caracas, instalado frente a la Catedral y la Casa de Gobierno. junto a las populares arepas de chicharrón «se vendían —dice— las imponderables hallacas, especie de paquetitos envueltos en la hoja del banano [Bolet Peraza eludía el nombre popular de cambur], dentro de la cual se guarda, cobijado por telliz de masa, el guiso sin par; sabrosísimo manjar que no conocieron ni cataron los dioses del Olimpo, por lo que no pudieron continuar siendo inmortales».
Cuando escribía Ernst, la hallaca no era todavía plato nacional".
En el año 1962 Arturo Uslar Pietri escribió su famoso ensayo: La Hayaca como manual de historia, recopilado en el libro "Del hacer y deshacer de Venezuela". Para el autor, el pastel navideño se escribe con "Y" y no "ll".
Afirma Arturo Uslar Pietri que "hay platos en los que se ha concentrado la historia como en un conciso manual. Nuestra hayaca, por ejemplo, es como un epitome del pasado de nuestra cultura. Se la puede contemplar como un breve libro lleno de delicias y de sugestiones."
En todo caso, más allá de la etimología y las discusiones ortográficas sobre el vocablo.
La hallaca, es la expresión más visible del mestizaje del venezolano. Cada ingrediente tiene sus raíces en ese encuentro de culturas que describe nuestra venezolanidad.
La hoja de plátano, usada tanto por el negro africano como por el indio americano, es el maravilloso envoltorio que la cobija; al descubrirla, traemos al presente nuestro pasado indígena, pues la masa de maíz coloreada con onoto es la que nos recibe con su esplendoroso color amarillo; luego, en su interior se deja apreciar la llegada de los españoles a estas tierras, carnes de gallina, cerdo y res, aceitunas, alcaparras, pasas... todo picado finamente, guisados y maravillosamente distribuidos se hacen parte de un manjar exquisito. Sus ingredientes, todos partes de diferentes raíces se complementan armoniosamente en la hallaca, expresión del mestizaje y colorido del que es parte nuestro pueblo.
Bibliografía consultada: Hallaca por Ángel Rosenblat. La Biblioteca de Ángel Rosenblat, Tomo I, Estudios sobre el habla de Venezuela, Buenas y malas palabras, Caracas: Monte Ávila 1987. Publicado originalmente en “La vida de las palabras” Periscopio, Caracas, N° 6, 1952.
miércoles, diciembre 17, 2008
EDDY RAFAEL PÉREZ Y EL ÁRBOL VERDE DE LA VIDA.
martes, diciembre 16, 2008
Significado y uso de la palabra:
domingo, diciembre 14, 2008
Un enfoque teológico de los dictadores.
viernes, diciembre 12, 2008
APUNTES BREVES...
jueves, diciembre 11, 2008
Significado de la palabra:
Diálisis.
‘Separación de moléculas, por ósmosis, a través de una membrana’ y ‘depuración artificial de la sangre’. Es voz femenina e invariable en plural: la diálisis, las diálisis.
Iconoclasia.
‘Doctrina religiosa que rechaza el culto a las imágenes sagradas’ y ‘actitud de los que rechazan la tradición heredada y la autoridad de las figuras que la representan’. Esta forma, creada a partir de las voces griegas eikón, -ónos (‘imagen’) y klásis (‘rotura, acción de romper’), es la preferida en el uso más culto: «Lo que se valoraba o maldecía en él era su iconoclasia, la insolencia con que las peores palabras malsonantes desplazaban en sus frases a las consideradas de buen gusto» (VLlosa Verdad [Perú 2002]); pero es frecuente y válida la forma iconoclastia, formada a partir del adjetivo iconoclasta: «En contra de la iconoclastia protestante, los teólogos trentinos defendieron la imagen religiosa como vehículo de incitación a la piedad» (Colorado Pintura [Esp. 1991]).
Leitmotiv.
Voz alemana, acuñada por el compositor Richard Wagner, que significa ‘tema musical recurrente en una composición’ y, por extensión, ‘motivo central recurrente de una obra literaria o cinematográfica’. Puede sustituirse por las voces españolas motivo o tema, acompañadas de los adjetivos conductor, central, principal o recurrente: «Es “una de las principales obras de música dramática del siglo xix italiano”. En ella hay motivos conductores a la manera wagneriana» (Zanders Ópera [Ven. 1992]); «La música abandona el tema recurrente para avanzar, siempre en el mismo tono subjetivo, a lo largo de todo el himno» (Monleón Gallina [Esp. 1983]); «El fútbol, junto con la actualidad política y la figura de su padre, fueron tres motivos centrales de los relatos que escribía» (Clarín [Arg.] 30.1.97).
Hipnosis.
‘Estado de sueño artificial producido por hipnotismo’:
«Los agentes pueden recordar, bajo la hipnosis, detalles que creen haber borrado de su mente» (País [Esp.] 4.8.77).
No debe confundirse con hipnotismo (‘método para provocar sueño artificial’:
«Había seguido un curso de hipnosis por correspondencia» (Hoy [Chile] 17-23.7.84). Debió decirse: «Había seguido un curso de hipnotismo por correspondencia»
Hipnotismo.
‘Método para provocar un estado de sueño artificial en que el hipnotizado obedece al hipnotizador’:
«Quise entrevistar al doctor Forel, hijo de un maestro del hipnotismo médico» (Tibón Aventuras [Méx. 1986]).
miércoles, diciembre 10, 2008
DÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS.
Hoy 10 de diciembre es el Día de los Derechos Humanos.
Y para esta fecha los Radialistas nos ofrecen una serie de encantadoras fábulas.
Para el 10 Diciembre - Día de los Derechos Humanos [ver]
UNA SERPIENTE POCO DEMOCRÁTICA.
(Todos somos diferentes, pero valemos igual... Aunque parece que esta serpiente no está muy de acuerdo).
Escúchala aquí.
LIBRETO.
TODOS ¡Viva! ¡Viva!.
NARRADORA Ese día había un gran alboroto en la selva.
TODOS ¡Qué alegría, se acabo la tiranía!.
NARRADORA La larga dictadura del león había terminado. A partir de ese momento el rey de la selva… no reinaría más.
TODOS ¡Viva la democracia!.
BÚHO ¿Democracia? ¿Y qué gracia es esa democracia?.
MONO (COLOMBIANO) Pues vea su merced, señor búho, según dicen por ahí, la democracia es gobernar juntos, sin amos ni esclavos.
BÚHO Uy, señor mono, ¿y de dónde viene usted que habla tan raro?.
MONO Del otro lado del río, señor búho. Escuché la algarabía y vine a ver qué sucedía.
BÚHO Pues, en mi calidad del más sabio de la selva… opino que me parece bien chévere eso de gobernar todos juntos.
SERPIENTE (SILBIDO) Juntos, amigo búho, juntos pero no revueltos.
BÚHO Llegó la aguafiestas. Veamos con qué nos quiere envenenar ahora, señorita serpiente.
SERPIENTE Es que eso de gobernar todos juntos… Usted, como búho sabio, ¿no se da cuenta que somos muy diferentes?.
BÚHO A ver, suelte esa lengua viperina y explíquenos cuál es el problema.
SERPIENTE Ejemplo uno. ¿Se imaginan gobernando a los osos perezosos que se pasan el día durmiendo?.
BÚHO Bueno, en eso sí tiene usted razón…
SERPIENTE Ejemplo dos. ¿Se imagina gobernando a los flamencos rosados de la laguna con esos andares tan amanerados?.
MONO (COLOMBIANO) Uy, hermana, pero si se pone a echar pá fuera, ¿quién queda dentro?.
SERPIENTE Delante de sus ojos, señor búho, tiene el ejemplo tercero: fíjese en este mono extranjero, que vive al otro lado del río.
MONO No meta cizaña, culebrita. Si yo soy como ustedes…
SERPIENTE ¡Como nosotros!... Usted es diferente. Y los diferentes no tienen sitio en un gobierno de iguales.
BÚHO ¡No aguanto que se burle del mono, un vecino que ha venido de tan lejos!
SERPIENTE Lo que yo no aguanto es el mal olor. Ejemplo cuatro, ¿qué sería de nosotros si nos gobiernan aquellas mofetas apestosas?... ¡Reflexione, señor búho!.
BÚHO Pensándolo bien… creo que la serpiente tiene razón. Vamos a echar fuera a los bichos raros. Juntemos a todos los animales y tomemos una decisión.
EFECTO BULLA ANIMALES.
NARRADORA Dicho y hecho. Las águilas y los gavilanes volaron por los cielos anunciando la jornada democrática.
ÁGUILA ¡Se hace saber, que mañana, cuando el sol esté en lo alto del cielo, habrá reunión debajo del gran sauce!... ¡Que no falte nadie!.
NARRADORA Al día siguiente, todos los animales se dieron cita en torno al gran sauce: los que vuelan, los que nadan, los que caminan, los que saltan y los que se arrastran.
BÚHO Silencio, orden, silencio. Gracias por acudir a la cita. Como ven, ésta es la primera reunión que celebramos sin la tiranía del león.
EFECTO APLAUSOS.
BÚHO Estamos aquí para ver cómo organizamos un buen gobierno en la selva. Se supone que la democracia es la participación de todos los animales, pero creo que la serpiente tiene una propuesta mejor. La palabra, señorita serpiente.
SERPIENTE (SILBIDO) Yo digo que para que algo funcione, tenemos que ser iguales. Pero no somos iguales. Algunos de los aquí presentes son demasiado diferentes.
TODOS BULLA PROTESTA.
NARRADORA Los animales se molestaron. Estaban sorprendidos de que el búho, siempre tan sabio, se hubiera puesto del lado de la astuta serpiente.
BÚHO Procedamos, entonces, a ver quiénes son los diferentes. Comencemos por los osos perezosos, animales dormilones. ¿Verdad que nadie se parece a ellos?.
NARRADORA Los animales comenzaron a mirarse unos a otros, hasta que desde el fondo se oyó una voz cansada…
TORTUGA Bueno, nosotras las tortugas dormimos largo rato… (BOSTEZA)… ahora mismo ya tengo sueño.
NARRADORA Luego hablaron los murciélagos que duermen durante todo el día y también los lirones que se la pasan roncando.
BÚHO Pues parece, señorita serpiente, que los perezosos no son tan diferentes como usted decía. Veamos a los flamencos con esa forma de andar tan extraña…
NARRADORA Los flamencos pasaron de rosados a rojos, por la vergüenza.
VENADO Si es por la forma de caminar, nos tendrán que echar también a nosotros, los venados. Y a los patos. Y a las ranas.
BÚHO Entonces, los flamencos tampoco son tan diferentes.
SERPIENTE Las mofetas apestan…
ZORRILLO ¡Pues nosotros, los zorrillos, no olemos a rosas!.
EFECTO RISAS.
NARRADORA En medio de aquel relajo, el búho sabio tomó la palabra y clavó sus ojos amarillos sobre la serpiente.
BÚHO Veamos quiénes son los más diferentes…
SERPIENTE (SILBIDO, NERVIOSA) ¿A quiénes se refiere, señor búho?.
BÚHO A ustedes, las serpientes. (A TODOS) Díganme si conocen animales tan raros que mudan de piel a cada rato, sueltan veneno por su lengua, no tienen patas, y se arrastran por el suelo.
NARRADORA Se hizo un gran silencio. La serpiente miró a su alrededor y sintió mil ojos acusadores sobre ella.
BÚHO Gracias a su brillante idea, señorita serpiente, hemos llegado a la conclusión de que usted es la única que sobra aquí.
TODOS RISAS.
NARRADORA La serpiente ya estaba escapándose por entre los matorrales de la selva, cuando la palabra del búho la detuvo…
BÚHO No, señorita serpiente, quédese. Quédese con nosotros con una condición: que no hable mal de ningún animal. Porque son más las cosas que nos unen que las que nos separan.
NARRADORA Y así fue que la serpiente aprendió que todos somos diferentes, pero valemos igual. Y colorín colorente, ¿a quién se parece esta serpiente?.
Significado de la palabra:
Ecléctico - Eclecticismo:
De esta palabra el DRAE nos dice:
(De ecléctico. Del gr. ἐκλεκτικός, que elige).
1. m. Modo de juzgar u obrar que adopta una postura intermedia, en vez de seguir soluciones extremas o bien definidas.
2. m. Escuela filosófica que procura conciliar las doctrinas que parecen mejores o más verosímiles, aunque procedan de diversos sistemas.
“Se entiende por eclecticismo el procedimiento consistente de seleccionar determinados principios o ideas de diversas doctrinas filosóficas y mezclarlos o conjuntarlos en una nueva doctrina. Como un intento programático de buscar la concordancia entre escuelas filosóficas opuestas, fue practicado en la época alejandrina por Potamón para fusionar platonismo y aristotelismo, y por otros para armonizar el pensamiento oriental y el griego. En el siglo XIX, el pensador francés Victor Cousin fundó una escuela bajo este nombre, la cual reduce todas las filosofías a cuatro tipos: idealismo, sensualismo, escepticismo y misticismo. El sistema por excelencia, el eclecticismo, consiste, para Cousin, en la combinación armónica de los elementos positivos de cada una de estas filosofías. En la actualidad, el término eclecticismo tiene connotaciones peyorativas entre los filósofos, siendo habitual su utilización para calificar la falta de originalidad, la superficialidad o el oportunismo” (DSM)
José Ferrater Mora señala que en mayor o menor grado los siguientes elementos se encuentran presentes en la tendencia ecléctica: “la oposición al dogmatismo y el redicalismo en nombre de la tolerancia y la conciliación [...], la busca de un criterio de verdad que permita no sólo justificar las propias posiciones, sino también posiciones adoptadas desde otros puntos de vista, la busca de una armonía entre posiciones aparentemente encontradas, pero que ‘en el fondo’, se estiman concordantes. El eclecticismo no es entonces un sincretismo (por lo menos si definimos a éste como una tendencia a fusionar elementos simplemente por el deseo de fusionarlos). No es tampoco un integracionismo, en el cual hay una cierta tendencia ‘dialéctica’ que no se halla en el eclecticismo. El sincretismo es una mera acumulación; el integracionismo pretende ser una creación [...] La característica más saliente del eclecticismo parece ser la moderación constante, inclusive con respecto a la propia actitud ecléctica” (JFM).