viernes, mayo 08, 2009

Una confusión sin Confucio.

Si bien afirma una experta en etiqueta social: "no es obligación de una candidata saber quién fue Confucio" para quienes trabajamos con el idioma y la educación sí lo es.

Revisemos un poco de qué se trata toda esta confusión sin Confucio.

El vocablo confusión deriva del latín confusĭo, -ōnis que significa según el DRAE:

1.- Acción y efecto de confundir (mezclar, perturbar, desordenar)

2.- Perplejidad, desasosiego, turbación de ánimo.

3.- Equivocación, error.

Todas estas acepciones se aplican a la infortunada respuesta que diera la tan nombrada candidata de belleza porque Confucio el gran filósofo chino no inventó la confusión.

Confucio fue el creador del confucianismo y una de las figuras más influyentes de la historia china. Y por favor, no confundamos chino con japonés”.

El nombre habitual de Confucio en chino es Kǒngzǐ, literalmente "Maestro Kong", aunque muchas veces se lo escribe "Kung Fu Tse". Una variante de este nombre, poco habitual en la actualidad, es Kǒng Fūzǐ, de la que se deriva el nombre tradicional en español a partir de la forma latinizada Confucius, adoptada por los sacerdotes jesuitas en sus primeros contactos con China.

Lee aquí su biografía.

EL CONFUCIANISMO.

La esencia de sus enseñanzas son la buena conducta en la vida, el buen gobierno del Estado (caridad, justicia, y respeto a la jerarquía), el cuidado de la tradición, el estudio y la meditación.. Las máximas virtudes son: la tolerancia, la bondad, la benevolencia, el amor al prójimo y el respeto a los mayores y antepasados. Si el príncipe es virtuoso, los súbditos imitarán su ejemplo. gobernante/súbdito, marido/mujer; padre/hijo. Una sociedad próspera sólo se conseguirá si se mantienen estas relaciones en plena armonía. La base de la doctrina confuciana es recuperar a los antiguos sabios de la cultura china e influir en las costumbres del pueblo.

Podemos resumir la doctrina confuciana en una serie de mandatos que deberían ser los principales deberes de todo hombre de gobierno:

  1. Amar al pueblo, renovarlo moralmente y procurarle los medios necesarios para la vida cotidiana.
  2. Por este motivo, debe servirse en primer término con soberano respeto a Aquel que es el Primer Dominador.
  3. Cultivar la virtud personal y tender sin cesar a la perfección.
  4. En la vida privada como en la pública, observar siempre el sendero superior del “Justo Medio”.
  5. Tener en cuenta las dos clases de inclinación propias del hombre: unas proceden de la carne y son peligrosas; las otras pertenecen a la razón y son muy sutiles y fáciles de perder.
  6. Practicar los deberes de las cinco relaciones sociales (explicadas más abajo).
  7. Tener por objeto final la paz universal y la armonía general.

En el poco legado escrito que dejó, las Analectas, una colección de conversaciones con sus discípulos, basaba toda su filosofía moral en una enseñanza central: el ren (jen) que es la virtud de la humanidad y a su vez está basada en la benevolencia, la lealtad, el respeto y la reciprocidad. Estos valores son imprescindibles en las relaciones humanas, que Confucio describió:

  1. Entre gobernador y ministro.
  2. Entre padre e hijo.
  3. Entre marido y mujer.
  4. Entre hermano mayor y hermano menor.
  5. Entre amigos.

Estas relaciones tienen, además, una característica principal: el superior tiene la obligación de protección y el inferior, de lealtad y respeto. En último término, todas las personas están sujetas a la voluntad del Cielo (tiamchi; t’ien-chih), que es la realidad primera, la fuente máxima de moralidad y de orden (¿logos griego?). No es el tema de especulación, pero en cierto modo está relacionado mediante el ritual. En algunos textos es sinónimo de Shang-ti, el señor supremo. El Emperador gobernaba por mandato del Cielo.

Según Confucio, además del ren y las relaciones adecuadas, son precisos los rituales y el sacrificio regular. El culto al Cielo requería del Emperador, en tanto que “hijo del Cielo”, que realizase un sacrificio animal al año en el templo del Cielo de Pekín. También se ofrecían sacrificios a la tierra, al sol, a la luna y a los antepasados imperiales.

No obstante, todo lo que Confucio quiso llevar a cabo no era nuevo, sino que correspondía, como él mismo confesaba, a lo ya dicho por una larga tradición de sabios. Sus ideas estaban basadas en una herencia espiritual que la escuela de los ru o letrados, y más concretamente el mismo Confucio, habían compilado y sistematizado de forma sublime.

También, se atribuyen a Confucio los “Cinco Clásicos”, que aparecieron con posterioridad a la muerte del maestro. Tras ésta, su obra y su vida se convirtieron en objeto de culto y generaron todo un paradigma en torno a sus enseñanzas, la cuales, alcanzan nuestros días.

Sus pensamientos.

  • "Cuando veas a un hombre bueno, trata de imitarlo; cuando veas a un hombre malo, reflexiona."
  • “Leer sin meditar es una ocupación inútil"
  • "El hombre superior gusta de ser lento en palabras, pero rápido en obras"
  • "El mejor indicio de la sabiduría es la concordancia entre las palabras y las obras"
  • “El hombre más noble es digno, pero no orgulloso; el inferior es orgulloso pero no es digno”
  • “Transporta un puñado de tierra todos los días y construirás una montaña”
  • "Nuestra mayor gloria no está en no caer jamás, sino en levantarnos cada vez que caigamos"
  • "Los que respetan a los padres no se atreven a odiar a los demás"
  • "Las atenciones a los padres son en vida porque después sólo queda el culto"
  • "Esperar lo inesperado. Aceptar lo inaceptable"
  • "Una casa será fuerte e indestructible cuando esté sostenida por estas cuatro columnas: padre valiente, madre prudente, hijo obediente, hermano complaciente."
  • "Exígete mucho a ti mismo y espera poco de los demás. Así te ahorrarás disgustos"
  • "Estudia el pasado para pronosticar el futuro"
  • "Lo prudente no quita lo valiente."
  • "El hombre sabio busca lo que desea en su interior; el no sabio, lo busca en los demás"
  • "No hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti, ni te hagas a ti lo que no le harías a los demás "
  • "No te rindas nunca si quieres volver a casa"
  • "Ser como el sándalo que perfuma el hacha que lo corta"
  • "Oigo y olvido. Veo y recuerdo. Hago y comprendo"

Esperemos que algunas de estas máximas sirvan de reflexión tanto para la candidata en cuestión como para quienes se han dado a la tarea del desprestigio y la burla sin buscar la enseñanza que deja todo desliz y en el cual nadie está exento de caer alguna vez.

1 comentario:

Gabiprog dijo...

Alguna noticia he oído de que cierta candidata a pueril trono ha metido la pata con los términos...

Un abrazo

;-)