lunes, octubre 30, 2006

Cuando las palabras sobran.

Elegir las palabras adecuadas para expresar nuestras ideas y lograr que el lector o el escucha las interprete tal cual deseamos es tarea complicada. En cuanto a las expresiones y a los términos escogidos, podemos caer en un error de lenguaje que se conoce, corrientemente, como redundancia; es un defecto que consiste en usar palabras o expresiones que expresan significados ya vertidos en el texto o en la conversación. No agregan nada al sentido de la oración; la alargan innecesariamente y, en consecuencia, hacen más difícil la comprensión. Pero, en algunos casos, la repetición cumple una función específica: enfatizar, vigorizar, destacar algún elemento. Entonces, ya no se considera un vicio de lenguaje, sino un elemento que sirve para adornarlo. En este caso, no se produce redundancia, sino pleonasmo. Esta palabra técnica proviene de un término griego que significa "súper-abundancia", "exageración". El pleonasmo es considerado un recurso expresivo del lenguaje literario y del lenguaje científico. Así nos encontramos por ejemplo: Persona humana, donde el pleonasmo “humana” le agrega un sentido filosófico al concepto. Para utilizar los pleonasmos con propiedad, se debe tener conciencia de lo que se quiere expresar. Algunos ejemplos de redundancia: Hace dos años atrás compró ese auto. El verbo "hacer" en su forma impersonal (cuando se conjuga solo en tercera persona del singular) indica tiempo transcurrido. El concepto de pasado ya está en él; el término "atrás" es completamente inútil. Digamos, entonces, Hace dos años compró el auto. Nos indignó su actitud porque no la previmos de antemano. "Prever" significa "ver con anticipación"; es un compuesto del verbo "ver" al que se le ha agregado el prefijo "pre" que indica anterioridad. "Antemano" expresa el mismo concepto. Una de las dos palabras está de más. Forma correcta sugerida: Nos indignó su actitud porque no la previmos. Tiene dos hijas mujeres y un hijo varón. Tanto "hijas" como "hijo" son vocablos que expresan claramente el sexo. Por consiguiente, las palabras "mujeres" y "varón" no cumplen ninguna función en esta oración. Digamos: Tiene dos hijas y un hijo. No hemos hecho más que ejemplificar para tratar de aclarar el concepto de redundancia. Con estos y otros tantos ejemplos podemos decir: Simplemente sobran las palabras.

No hay comentarios.: