Bueno -na.
1. ‘De carácter apacible y bondadoso’: «Pascual era un chico bueno» (Palou Carne [Esp. 1975]); ‘gustoso o apetecible’: «La paella, para que salga buena, tiene que contener un poco de arroz “socarrat”» (Vergara Comer [Esp. 1981]); ‘[persona o cosa] de calidad, que reúne todas las condiciones exigibles para cumplir bien su función’: «Se piensa que el buen escritor hace una buena novela» (Umbral Mortal [Esp. 1975]); ‘sano’: «Cuando yo llegaba a ver al enfermo, me dice que ya está bueno» (Fisas Historias [Esp. 1983]); y ‘conveniente’: «Estar siempre encerrado no es bueno» (Gamboa Páginas [Col. 1998]). Se apocopa siempre en la forma buen cuando precede a un sustantivo masculino singular, aunque entre ambos se interponga otra palabra: mi buen amigo, un buen primer libro. No se apocopa, sin embargo, cuando lo que se interpone entre el adjetivo y el sustantivo es la preposición de: el bueno de Pedro. La apócope es opcional si bueno aparece antepuesto y coordinado con otro adjetivo: «Con qué gusto encontraba a mi bueno y viejo compañero del primer arreo» (Güiraldes Segundo [Arg. 1926]); «Dalmau le ha hecho a Franco un buen y último servicio» (Umbral Leyenda [Esp. 1991]).
2. Existen dos formas para el comparativo de bueno:
a) mejor. Procede del comparativo latino melior y se usa en todos los significados de bueno antes referidos, aunque en los sentidos de ‘bondadoso’ y de ‘gustoso o apetecible’ se emplea con preferencia más bueno: «A la iglesia se viene a rezar, a pedir a Dios ser mejor, para poder dar más» (Santander Milagro [Méx. 1984]); «Las almejas [a la] marinera estarían mejor sin tanto tomate y ajo» (Vergara Comer [Esp. 1981]); «Tal vez tengan una casa mejor, un coche mejor y mejores camisas, pero dentro de esas camisas está el mismo hombre que usaba ropa de peor calidad unos años atrás» (Cappa Intimidad [Arg. 1996]); «Claro que siempre es mejor ser un pirata que un asesino» (Cebrián Rusa [Esp. 1986]). El segundo término de comparación debe ir introducido por la conjunción que: «Su mujer no era mejor que yo» (Millás Mujeres [Esp. 2002]); o por la preposición de, si se trata de una oración de relativo sin antecedente expreso que denota, no una entidad distinta, sino grado o cantidad en relación con la magnitud que se compara: «La droga se ha disuelto mejor de lo que esperaba» (Martínez Vuelo [Arg. 2002]). En ninguno de estos casos debe emplearse la preposición a para introducir el término de comparación: «El futuro, pues, será otro y mejor a aquel que imaginó el asturiano valiente» (Mundo [Esp.] 19.7.96); debió decirse mejor que aquel que imaginó.
Puesto que es de por sí una forma comparativa, es incompatible su uso con otras marcas de grado como más: «Yo calculé la dignidad de mi ajuste y me largué. Es más mejor así» (Prada Hora [Méx. 1979]).
Admite la anteposición del intensificador mucho: «Sería mucho mejor que te suspendieran» (ASantos Vis [Esp. 1992]); pero no de muy: «Los conocimientos y el buen gusto de aquellos españoles musulmanes [...] hicieron posible que [...] este [el vino] fuera abundantísimo y [...] de muy mejor calidad» (Plasencia/Villalón Vinos [Esp. 1994]); debió decirse mucha mejor calidad.
b) más bueno. Se emplea con preferencia a mejor para formar el comparativo de bueno en el sentido de ‘bondadoso’: «Nunca he conocido a nadie más bueno que él» (Valladares Esperanza [Cuba 1985]). También es correcto su empleo para formar el comparativo de bueno en el sentido de ‘gustoso o apetecible’: «Algunas personas piensan que, cocidos [los garbanzos] en la misma agua del remojo, salen más buenos» (Domingo Sabor [Esp. 1992]).
3. Además de muy bueno, existen otras tres formas correctas para el superlativo de bueno:
a) buenísimo. Superlativo regular, formado sobre el adjetivo español bueno + el sufijo superlativo –ísimo: «Conmigo siempre ha sido buenísimo» (Benedetti Primavera [Ur. 1982]); «Es una idea buenísima y original» (AMillán Guardapolvo [Esp. 1990]). Es hoy forma mucho más usada que bonísimo.
b) bonísimo. Superlativo irregular, formado con la raíz del adjetivo latino bonus + el sufijo superlativo -ísimo: «A esta Basi la temo, es bonísima, pero se enrolla como una persiana» (MtnGaite Fragmentos [Esp. 1976]); «Ella me enseñó a hacer el cordero con patatas al horno, que es bonísimo» (Castro/Alcántara/Colón Cocina [R. Dom. 1996]). Esta forma está cayendo en desuso y hoy se prefiere buenísimo.
c) óptimo. Forma procedente del superlativo latino optimus, que significa ‘bueno en grado sumo’: «Reunía [el local] condiciones óptimas para la perpetración de un atraco» (Tomás Orilla [Esp. 1984]); «Continuaron [...] siendo óptimos monteros» (Donoso Casa [Chile 1978]). Se usa casi exclusivamente en la lengua escrita.
Ninguna de estas tres formas admite marcas de grado, puesto que son de por sí superlativas; por tanto, es incorrecto su empleo en combinación con muy, más, menos o tan: muy buenísimo, más buenísimo, menos buenísimo, tan buenísimo, muy óptimo, más óptimo, menos óptimo, tan óptimo.
4. buen mozo, buena moza. ‘Guapo, de buena presencia’: «No era feo ni buen mozo, gordo ni flaco» (Vergés Cenizas [R. Dom. 1980]); «Yo era una buena moza en mis tiempos» (Azancot Amores [Esp. 1980]). En países como Chile, Colombia, Venezuela y el Perú es frecuente su escritura en una sola palabra: «Era un moreno alegre y buenmozo» (Allende Eva [Chile 1987]); « ¿Cómo se va a ir sola en un barco una mujer buenamoza y casada?» (Herrera Casa [Ven. 1985]). En plural es buenos mozos (o buenosmozos) y buenas mozas (o buenasmozas): «Allen usurpaba el tranco de las más buenas mozas para decirles algo» (Dolina Ángel [Arg. 1993]); «Abundan los programas y anuncios sobre la existencia de [...] “jóvenes buenosmozos” para el consuelo de una “dama”» (Sandner Sida [Ven. 1990]).