Cuando pienso que vienen al mundo alrededor de cien mil niños especiales. Me imagino a Dios en la tarea de elegir madres para esos chicos. Sobrevuela la galaxia y con su maxi telescopio revisa muy cuidadosamente su creación, mientras dicta instrucciones a su ángel secretario.
Para Antonia Reyes un hijo como patrono será San Gabriel.
Para Esther Álvarez una niña como patrona Santa Cecilia.
Para Carmen Pérez gemelos y vamos a darle como patrono a San Gerardo él tiene mucha paciencia y sabe transmitirla.
Luego en voz baja menciona un nombre y le dice al secretario:
_A ella vamos a mandarle un niño especial.
_ Pero ¿por qué señor?, ¿por qué precisamente a ella que es tan feliz?.
Exactamente por eso, dice Dios. No podría enviársele un niño especial a alguien que no conozca la alegría sería una crueldad.
_ ¿Tiene paciencia? pregunta el ángel.
No quiero que tenga demasiada paciencia se ahogaría en un océano de lamentos y de desesperación. Una vez que recupere el shock de la sorpresa, cuando haya asimilado la rabia y supere el sentimiento ella sabrá manejar bien la situación.
Precisamente hoy estuve observándola en silencio. Tiene esa serenidad que es tan rara y al mismo tiempo su mundo propio y exclusivo. La madre tiene que ayudarlo a vivir en el mundo de ella y esa tarea no es fácil.
_ Pero señor, yo creo que ella ni siquiera cree en ti.
Dios sonríe tiernamente.
Pero ella es una mujer perfecta para ese hijo tiene una buena dosis de egoísmo.
_ ¿Egoísmo? ¿Es esa una virtud?.
Dios vuelve a sonreír.
Si ocasionalmente no es capaz de alejarse de su hijo no podrá sobrevivir. A ella voy a enviarle el Don de un hijo que no es perfecto, tal vez tardará en darse cuenta pero ella será digna de envidia.
A ella nunca se le pasará nada desapercibido. Ella nunca dejará de darse cuenta de nada: una palabra, un gesto, una sonrisa.
Jamás considerará que el primer paso es algo normal. Cuando el hijo diga mamá por primera vez, ella presenciará un milagro, y sabrá valorarlo.
Cuando describa una atardecer a su chiquillo ciego, ella lo verá con una belleza con la que jamás nadie lo ha visto. Le dejará ver también algunas cosas con la misma claridad que yo las veo: la ignorancia, la crueldad, los prejuicios y podrá sobreponerse a todo. Nunca estará sola. Estaré a su lado todos los momentos y por causa de ella el mundo será mejor.
_ Bueno, dice el ángel. ¿Y a quién le vamos a asignar como santo patrón?.
Dios sonrió.
_Un espejo, un espejo será suficiente.
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