Julio.
Séptimo mes del año a partir del calendario juliano (46 a. de C.), julio era el quinto mes en el calendario republicano romano, en el cual se llamaba quintilis. El nombre actual se lo impuso Julio César, que había nacido en julio. El gobernante romano pertenecía a la familia Iulia y se decía descendiente de Venus y de Iulo (también llamado Ascanio), el hijo de Eneas.
Quórum.
Hoy llamamos quórum al número mínimo de miembros necesario para que sean válidas las decisiones que adopte un cuerpo deliberante o legislativo. La exigencia de quórum es una forma de evitar que una decisión pueda ser adoptada por un pequeño número de miembros.
En los cuerpos colegiados de la antigua Roma, cada nuevo miembro era recibido mediante la fórmula quorum vos unum esse volemus (de los cuales queremos tú seas uno). Esta fórmula se aplicó también en un antiguo tribunal británico, cuyos miembros actuaban en forma solidaria, que se denominaba Justices of the Quorum.
En los Parlamentos modernos, una de las técnicas de obstrucción llevadas a cabo por los sectores de oposición consiste en no hacerse presente en las reuniones, de manera de lograr que el Cuerpo no tenga quórum para sesionar o para votar.
Perplejo.
Proviene del latín perplexus, formado con el prefijo reforzativo per- y el participio pasivo del verbo plectere, que significaba ‘tejer’, ‘enredar’, ‘dar muchas vueltas’, ‘torcer’. Llegó a nuestra lengua a través del francés antiguo perplex.
Se ha dicho que este término es una alusión metafórica al hecho de que la perplejidad es una especie de nudo intelectual, como el enredo sugerido por plectere.
Perplejo aparece registrado por primera vez con su forma actual en el diccionario de Terreros (1780), que define su significado como "dudoso, indeterminado", pero se usaba ya desde el siglo xiii bajo la grafía antigua: perplexo, como en este trecho de la Gran conquista de ultramar:
E porende estaua muy perplexo que no sabia a qual destas cosas se acoger.
Hemorragia.
Llámase así el flujo de sangre que corre debido a la ruptura de un vaso. La hemorragia será venosa si el vaso roto es una vena, o arterial si se trata de una arteria. En el primer caso, es de sangre de tonalidad oscura, que va hacia los pulmones para recibir oxígeno; en el segundo, se trata de sangre de un rojo vivo, que viene de los pulmones para distribuir oxígeno en los tejidos de todo el cuerpo.
La palabra proviene del latín hæmorragia, tomada del vocablo griego haimorrhagia, formado con haima (sangre) y un derivado del verbo rhegnunai (romper, reventar, derramar).
En nuestra lengua abundan las palabras derivadas de haima: hemoglobina’, hemólisis, hemorroide y muchas otras, en su mayoría del área médica, pero también ajenas a ella, como hematita ¯un tipo de mineral de hierro, literalmente ‘sangre que parece piedra’.
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