jueves, enero 25, 2007

DUDAS CON EL ADVERBIO.

Los adverbios acompañan al verbo (a veces también al adjetivo o a otro adverbio) con el importante objetivo de modificarlo con una serie de situaciones circunstanciales: lugar, tiempo, modo, cantidad, afirmación, negación, duda...
No es extraño que ciertos adverbios coincidan de forma equivalente con los adjetivos.
Naturalmente, la diferencia resulta fácil de percibir si consideramos que el adjetivo afecta siempre al sustantivo y, con frecuencia, presenta modificaciones genéricas y numéricas.
Por el contrario, el adverbio; es invariable y afecta principalmente al verbo. Ej.: "Ha pasado mucho tiempo, pero todavía lo ama mucho."
El primer mucho es adjetivo (afecta al sustantivo tiempo);
el segundo es adverbio (agrega una circunstancia de cantidad a la forma verbal ama).
Frecuentemente se confunde el uso correcto de mucho y demasiado (en su carácter tanto de adjetivos como de adverbios).
Es impropiedad usar demasiado por mucho, por ejemplo: “con demasiado gusto escribo a usted esto”.
Mucho indica la idea de abundancia, gran cantidad, alto grado, gran número... El adverbio demasiado, en cambio, implica el concepto de exceso o demasía, es decir, lo que sobrepasa un nivel de normalidad, lo que está por encima de lo justo, natural o común.
Si afirmamos, por ejemplo, que un automóvil cuesta mucho, estamos manifestando que, en realidad, se trata de un artefacto cuyo precio, de por sí, es alto.
Si decimos, en cambio, que un automóvil cuesta demasiado, estamos afirmando que su precio está por encima de su verdadero valor o utilidad, o bien que excede las posibilidades económicas de alguien para su compra.
Otros casos lo constituyen: Atrás y detrás.
Son adverbios en cuyo uso surgen frecuentes dudas. La diferencia básicamente estriba en que atrás indica dirección hacia y, por consiguiente, se construye por lo general con verbos de movimiento:
"Volvió atrás"; "Se dirigió atrás".
Por el contrario, detrás indica lugar o posición en y se construye con verbos de reposo:
"Estar situado detrás"; "Lo colocó detrás".
Detrás puede preceder a la preposición de y formar la locución detrás de: "Estar detrás de la puerta"; "Ir detrás de los demás".
Atrás, en cambio, no produce correctamente esta frase con de, aunque con cierta frecuencia escuchamos un atrás de, considerado vulgar por los entendidos.
Son igualmente inaceptables las expresiones: detrás mío, detrás suyo, en lugar de detrás de mí, detrás de él.
Es posible que la misión de guardaespaldas del adverbio no sea exactamente proteger la integridad verbal, que nunca va a estar en peligro. Más bien, su función es complementar, mediante el matiz o la connotación circunstancial, la plena vigencia y expresividad del verbo, como alma de la oración.

2 comentarios:

©Javier Miranda-Luque dijo...

Reitero mi invitación al ciber-happening de este sábado 27 en mi blog

¿Cabremos cuántos en el ascensor?

Nilda J. Sarmiento J. dijo...

¡GRACIAS!
LE VISITARÉ.