viernes, diciembre 01, 2006

Las reglas de acentuación.

Las reglas más sencillas de aprender son las de acentuación.
Se conoce como acento el signo que se coloca sobre algunas vocales para indicar determinada entonación de una palabra.
Pero el concepto real de acento va más allá del signo, la tilde; bifurcándose académicamente en acento ortográfico, el que se escribe, y acento prosódico, el simple hincapié en la entonación de una sílaba. Éste es el más importante de conocer, dado que al aprender a localizar la sílaba en la que cada palabra se pronuncia con mayor énfasis brinda la posibilidad de saber cuándo el acento debe escribirse y cuándo no.
Todas las palabras contienen una sílaba en la que la entonación debe hacerse más elevada. Esto sucede por la dinámica misma que el lenguaje adquiere en boca del hablante: es inusual decir todas las palabras en un solo tono.
A esto los académicos le han dado el nombre de sílaba tónica, pues es la sílaba que lleva la responsabilidad de determinar el significado de la palabra. La sílaba tónica diferencia a la palabra a la que pertenece de otras con ortografía similar.
La localización con éxito de la sílaba tónica de una palabra es un ejercicio necesario para terminar el aprendizaje de las reglas de acentuación.
Si atendemos a las palabras: termino el trabajo o terminó el trabajo cualquiera puede entender que hay algo que llega o llegó a su fin; pero si decimos, el término trabajo, la referencia es al concepto trabajo y no a la acción de llegar a ese fin.
La aparición del acento ortográfico, la tilde: el pequeño apéndice que solemos colocar sobre algunas vocales, se debe a que, según la palabra que se escriba, la entonación puede dar uno u otro significado, o dar un significado real en un caso y aniquilar cualquier significado en otro.
Al comprender que el acento prosódico puede recaer sobre cualquiera de las sílabas y no siempre representarse en la escritura; ya hemos cubierto el primer paso para dominar la acentuación.
La representación del acento ortográfico mediante la tilde, obedece a una serie de reglas que dependen del lugar que ocupa la sílaba tónica dentro de la palabra.
Las palabras según el acento pueden clasificarse en: agudas, llanas o esdrújulas. Las palabras agudas tienen el acento de intensidad en la última sílaba (cantar, razón, sofá) llevan el acento ortográfico si terminan en vocal y en las consonantes n o s (canción, mamá, además). No llevan acento ortográfico si son monosílabos (tos, pie, vals) o terminan en consonante distinta de n o s (sutil, tenaz).
Las palabras llanas o graves tienen el acento de intensidad en la penúltima sílaba (silla, árbol, maceta) llevan el acento ortográfico siempre que terminan en cualquier consonante que no sea n o s (bolívar, cáncer, hábil). No llevan el acento ortográfico si terminan en vocal, en n o s (crema, salas, examen).
Las palabras esdrújulas tienen el acento de intensidad en la antepenúltima sílaba (caótico, lágrima, cárceles). En el caso de que por la unión de dos o más palabras, el acento tónico recaiga sobre la sílaba anterior a la antepenúltima o preantepenúltima, la palabra así formada se llamará sobresdrújula (corrígemelo, estúdiatelo, recomiéndaselo). Tanto las esdrújulas como las sobresdrújulas llevan siempre el acento ortográfico.
Ahora que hemos comprendido estas reglas concernientes a las palabras agudas y graves, y recordando que absolutamente todas las esdrújulas y sobresdrújulas se escriben con acento, ya hemos cubierto el paso más importante en el aprendizaje de las reglas de acentuación.

2 comentarios:

Andreina dijo...

Hola, Nilda!

Me parece que las palabras agudas monosilábicas pueden llevar acentos ortográficos en algunos casos, también para diferenciar significados.

Por ejemplo:

Té (infusión) , en vez de Te ("te dije que no")
Sí (afirmativo) en vez de Si (condicional)
Tú (pronombre) en vez de Tu (posesivo).

Eso, por citar sólo algunos.
Sigo leyendo tu blog siempre, Nilda.
Saludos!

Anónimo dijo...

esto tiene puras estupideses......... ok