Lluvia de plomo
cae sobre la ciudad
y astilla la noche.
Detrás de las rejas
gimen los jardines,
los retoños pierden su verdor.
La justicia
es luz difusa
que se cuela
en los intersticios del dolor.
El odio nos sigue
con sus ojos de balas.
Las sombras avanzan
con el sigiloso rumor
de ríos de sangre.
Somos
sobrevivientes de nuestros miedos
arañando el día sin mirarnos.
Nuestro silencio
es un trazo gris
difuminando culpas
en el lienzo del martirio.
El futuro
es ya un recuerdo inalcanzable
en esta patria entumecida
sostenida en el limbo.
2 comentarios:
El futuro es nuestro lo siento, y lo veo como ver el sol que no ilumina y la luna que nos aguarda para abrigarnos en la noche, que siempre nos espera para gritarle al infinito espacio de tus palabras...
bello el poema presentado en tu espacio...
saludos me fascina la pintura de Osvaldo Guayazamin.
un abrazo
Estimado Adolfo mi admirado artista. Un abrazo hasta Canadá.
Hace unas noches en Lara, donde vivo. Específicamente en la zona de Sanare, un pueblo que me encanta! De pronto, la belleza de lugar, las grandes personas que en él habitan, gente hermosa... donde todo se ha vuelto gris o rojo de sangre.
Sólo rumor de llantos, miedos, tristezas, rencores... pandillas, unas contra las otras, un panorama desolador...
Si el futuro son los jóvenes y en una noche matan a 9 sin contar todos los que han muerto en los últimos días...me pregunto: ¿a dónde vamos y qué estamos haciendo con nuestros país?
Sólo letras para cantar mis incógnitas.
Un beso!
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