Sexto mes del año, es uno de los cuatro con treinta días. Su nombre es un homenaje a la diosa romana Juno, Hera para los griegos.
Entre los romanos, Juno era la diosa de la maternidad, protectora de las mujeres y del Estado, esposa de Júpiter y reina del Olimpo. Llamada Juno Moneta (en latín 'la que avisa') dio origen con este apodo a la palabra moneda.
Moneda.
Pieza de metal, generalmente en forma de disco y acuñada con los distintivos elegidos por la autoridad emisora para acreditar su legitimidad y valor, y, por extensión, billete o papel de curso legal.
El término proviene del nombre del lugar donde se acuñaba moneda en Roma: en una casa situada al lado del templo de la diosa Juno Moneta, bajo cuya protección estaba.
El sobrenombre Moneta fue atribuido a la diosa por el escritor latino Livio Andrónico después de que los gansos que vivían alrededor del templo, en el monte Capitolio, advirtieran con sus graznidos a los romanos de un ataque de los galos. Avisar, en latín, es monere (de donde provienen ‘admonición’ y ‘monitor’) y la diosa, a la que se atribuyó el aviso de los gansos, fue llamada desde entonces Juno Moneta. Como su templo estaba al lado del lugar donde se fundían los denarios (de ahí dinero), las monedas tomaron ese nombre.
Toronja.
Fruta cítrica europea semejante al pomelo* americano. El Diccionario de la Real Academia menciona que en el Uruguay se usa también para referirse en forma jocosa o irónica a una nariz grande o torcida.
El nombre de la fruta, usado en español por lo menos desde 1335, proviene de la voz árabe peninsular turunga, y ésta del árabe clásico turungah que, a su vez, procede del persa torang, originada por su parte en el sánscrito matulunga.
Pomelo.
Es el nombre que ha adquirido en el siglo pasado en algunos países americanos la toronja*, una fruta cítrica conocida desde muy antiguo y cuyo nombre proviene del sánscrito.
Pomelo tiene una historia curiosa: llegó al español procedente del inglés pommelo, y ésta del neerlandés pompelmoes, del mismo significado, formada por la contracción del neerlandés pompel (grande) y limoes, del portugués ‘limones’.
Pompa.
Es el acompañamiento numeroso y solemne, con gran aparatosidad, que se hace en una función de regocijo o fúnebre.
Entre los romanos, pompa podía referirse tanto a los cortejos fúnebres como a los desfiles, séquitos o comitivas. En estos últimos casos, tenía una connotación de ostentación, que se conserva en su significado del español moderno.
La palabra se derivaba del griego pompé, que podía significar ‘escolta’ o ‘procesión’, como también ‘primer envío’ (esta acepción proviene del verbo pempéin, ‘enviar, escoltar’).
Su uso en castellano lo documentó por primera vez Alfonso Martínez de Toledo en Arcipreste de Talavera, y Corbacho, en 1438.
En los siglos xv y xvi fue una palabra muy usada, frecuentemente con el sentido de soberbio, y como tal apareció en el Quijote y, sobre todo, en Pedro Calderón de la Barca, que la empleaba con mucha frecuencia, como en este trecho de La vida es sueño.
Miradme otra vez sujeto
a mi fortuna; y pues sé
que toda esta vida es sueño,
idos, sombras que fingís
hoy a mis sentidos muertos
cuerpo y voz, siendo verdad
que ni tenéis voz ni cuerpo;
que no quiero majestades
fingidas, pompas no quiero.
Quiosco.
En los jardines turcos, desde algunos años después de la toma de Constantinopla (1453), se hizo común la instalación de glorietas o incluso de pequeñas casitas de recreo que llamaron en turco kyösk o kusk, un nombre tomado del persa.
Estos pabellones de jardín fueron adoptados en el siglo xix por el rey Estanislao de Polonia y pronto se extendieron por Europa, tomando en Italia el nombre de chiosco; en Inglaterra, se conoció como kiosk; y en Francia, recibió el de quiosque, palabra que fue recogida en nuestra lengua como quiosco o kiosco. Kiosk aparece en inglés ya desde 1625, y en francés, desde 1654, pero sólo fue registrada en el Diccionario de la Academia en 1884.
Melodía.
Es una sucesión coordinada de notas con tono y duración específicos, enlazadas en el tiempo para producir una expresión musical coherente. La melodía es junto con el ritmo el aspecto ‘horizontal’ de la música que avanza en el tiempo, mientras que la armonía es el aspecto ‘vertical’, el sonido simultáneo de tonos distintos.
La palabra llegó al castellano proveniente del bajo latín melodia, que a su vez proviene del griego meloidia (canto, canto coral), formada por melos (canción, tonada, música, miembro de una tonada) y el griego oidía (canto), de aeídein (cantar).
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