domingo, diciembre 30, 2007

LAS UVAS DEL TIEMPO.

Las uvas del tiempo.
Andrés Eloy Blanco.

Madre: esta noche se nos muere un año.
En esta ciudad grande, todos están de fiesta;
zambombas, serenatas, gritos, ¡ah, cómo gritan!
claro, como que todos tienen su madre cerca
Yo estoy tan solo, madre,
¡tan solo! pero miento, que ojalá lo estuviera;
estoy con tu recuerdo y el recuerdo es un año
pasado que se queda.
Si vieras, si escucharas este alboroto: hay hombres
vestidos de locura, con cacerolas viejas,
tambores de sartenes,cencerros y cornetas,
el hálito canalla
de las mujeres ebrias,
el Diablo con diez latas prendidas en el rabo
anda por esas calles inventando piruetas
y por esta balumba en que da brincos
la gran ciudad histérica,
mi soledad y tu recuerdo, madre,
marchan como dos penas.
Esta es la noche en que todos se ponen
en los ojos la venda,
para olvidar que hay alguien que está cerrando un libro
para no ver la periódica liquidación de cuentas,
donde van las partidas al Haber de la Muerte,
por lo que viene
y por lo que se queda
porque lo que sufrimos se ha perdido
y lo gozado ayer es una pérdida.
Aquí es de tradición que en esta noche
cuando el reloj anuncia que el Año Nuevo llega
todos los hombres coman, al compás de las horas
las doce uvas de la Noche Vieja.
Pero aquí no se abrazan ni gritan: «Feliz Año»
como en los pueblos de mi tierra
en este gozo hay menos caridad;
la alegría de cada cual va sola
y la tristeza del que está al margen del tumulto
acusa lo inevitable de la casa ajena.
¡Oh, nuestras plazas,
donde van las gentes sin conocerse,
con la buena nueva!
Las manos que se buscan
con la efusión unánime de ser hormigas
de la misma cueva y al hombre que está solo,
bajo un árbol le dicen cosas de honda fortaleza:
—Venir, compadre, que las horas pasan
¡pero aprendamos a pasar con ellas!—
Y el cañonazo en la Planicie
y el Himno National desde la Iglesia
y el amigo que viene a saludarnos:
—Feliz Año, señores—
y los criados que llegan a recibir
en nuestros brazos el amor de la casa buena.
Y el beso familiar a medianoche:
—La bendición, mi madre.
Que el Señor te proteja...
después, en el claro comedor,
la familia congregada para la cena,
con dos amigos íntimos
y tú, madre, a mi lado y mi padre,
algo triste, presidiendo la mesa.
¡Madre, cómo son ácidas las uvas de la ausencia!
¡Mi casona oriental!
aquella casa con claustros coloniales,
portón y enredaderas,
el molino de viento y los granados,
los grandes libros de la biblioteca,
—mis libros preferidos:
tres tomos con imágenes
que hablaban de los Reinos de la Naturaleza—
Al lado, el gran corral,
donde parece que hay dinero
enterrado desde la Independencia,
el corral con guayabos y almendros,
el corral con peonías y cerezas
y el gran parral que daba todo el año
uvas más dulces que la miel de las abejas!
Bajo el parral hay un estanque,
un baño en ese estanque sabe a Grecia;
del verde artesonado,
las uvas en racimos, tan bajas,
que del agua se podría cogerlas,
y mientras en los labios se desangra la uva,
los pies hacen saltar el agua fresca.
Cuando llegaba la sazón tenía cada racimo
un capuchón de tela,
para salvarlo de la gula
de las avispas negras,
y tenían entonces una gracia
invernal las uvas nuestras,
arrebujadas en sus telas blancas,
sordas a la canción de las abejas...
Y ahora, madre,
que tan solo tengo las doce uvas de la Noche Vieja,
hoy que exprimo la uva de los meses
sobre el recuerdo de la viña seca
siento que toda la acidez del mundo
se está metiendo en ella,
porque tienen el ácido de lo que fue
dulzura las uvas de la ausencia.
Y ahora me pregunto:
¿Por qué razón estoy yo aquí?
¿qué fuerza pudo más que tu amor,
que me llevaba a la dulce
anonimia de tu puerta?
¡Oh, miserable vara que nos mides!
el Renombre, la Gloria...
¡pobre cosa pequeña!
cuando dejé mi casa para buscar la Gloria,
¡cómo olvidé la gloria que me dejaba en ella!
Y ésta es la lucha ante los hombres malos
y ante las almas buenas;
yo soy un hombre a solas
en busca de un camino
¿dónde hallaré camino mejor que la vereda
que a ti me lleva, madre,
la vereda que corta por los campos frutales,
pintada de hojas secas,
siempre recién llovida,
con pájaros del trópico,
muchachas de la aldea hombres que dicen
—Buenos días, niño—
y el queso que me guardas siempre para merienda?
...Esa es la gloria, madre, para un hombre
que se llamó Fray Luis y era poeta.
¡Oh, mi casa sin críticos,
mi casa donde puede mi poesía
andar como una Reina!
¿qué sabes tú de formas y doctrinas,
de metros y de escuelas?
tú eres mi madre,
que me dices siempre
que son hermosos todos mis poemas;
para ti, yo soy grande,
cuando dices mis versos,
yo no sé si los dices o los rezas...
Y mientras exprimimos
en las uvas del Tiempo
toda una vida absurda,
la promesa de vernos otra vez
se va alargando el momento
de irnos está cerca y no pensamos
que se pierde todo!
por eso en esta noche,
mientras pasa la fiesta
en la última uva libo
la última gota del año que se aleja,
pienso en que tienes todavía,
madre, retazos de carbón en la cabeza
y ojos tan bellos que por mí
regaron su clara pleamar
en tus ojeras y manos pulcras
y esbeltez de talle,
donde hay la gracia de la espiga nueva,
que eres hermosa,
madre todavía y yo estoy loco
por estar de vuelta porque tú eres
la gloria de mis años
¡y no quiero volver cuando estés vieja!...
Uvas del tiempo que mi ser escancia
en el recuerdo de la viña seca
¡cómo me pierdo madre en los caminos,
hacia la devoción de tu vereda!
Y en esta algarabía de la ciudad borracha
donde va mi emoción sin compañera
mientras los hombres comen las uvas
de los meses yo me acojo al recuerdo
como un niño a una puerta
mi labio está bebiendo de tu seno
que es el racimo de la parra buena,
el buen racimo que exprimí en el día
sin hora y sin reloj de mi inconsciencia.
Madre, esta noche se nos muere un año;
todos estos señores tienen su madre cerca
y al lado mío mi tristeza muda
tiene el dolor de una muchacha muerta...
Y vino toda la acidez del mundo
a destilar sus doce gotas trémulas,
cuando cayeron sobre mi silencio
las doce uvas de la noche vieja.
¡FELIZ AÑO!

sábado, diciembre 29, 2007

Andrés Eloy Blanco: Poema La Renuncia.

La renuncia.
He renunciado a ti. No era posible.
Fueron vapores de la fantasía;
son ficciones que a veces dan a lo inaccesible
una proximidad de lejanía.
Yo me quedé mirando como el río se iba
poniendo encinta de la estrella...
hundí mis manos locas hacia ella
y supe que la estrella estaba arriba...
He renunciado a ti, serenamente,
como renuncia a Dios el delincuente;
he renunciado a ti como el mendigo
que no se deja ver del viejo amigo;
como el que ve partir grandes navíos
con rumbos hacia imposibles y ansiados continentes;
como el perro que apaga sus amorosos bríos
cuando hay un perro grande que le enseña los dientes;
como el marino que renuncia al puerto
y el buque errante que renuncia al faro
y como el ciego junto al libro abierto
y el niño pobre ante el juguete caro.
He renunciado a ti como renuncia
el loco a la palabra que su boca pronuncia;
como esos granujillas otoñales,
con los ojos estáticos y las manos vacías,
que empañan su renuncia, soplando los cristales
en los escaparates de las confiterías...
He renunciado a ti, y a cada instante
renunciamos un poco de lo que antes quisimos
y al final ¡cuántas veces el anhelo menguante
pide un pedazo de lo que antes fuimos!
Yo voy hacia mi propio nivel. Ya estoy tranquilo.
Cuando renuncie a todo, seré mi propio dueño;
desbaratando encajes regresaré hasta el hilo.
La renuncia es el viaje de regreso del sueño...

miércoles, diciembre 26, 2007

Origen del San Nicolás o Papá Noel.

El viejecito de ropas rojas y barba blanca que vemos en vísperas de Navidad en los comercios de todo el mundo, se ha convertido en ícono cultural de la sociedad de consumo del tercer milenio. El sonriente personaje, que encanta a los niños, fue forjado a lo largo de los últimos diecisiete siglos, basado en la historia de un obispo que vivió en el siglo IV.
La ciudad de Mira, en el antiguo reino de Licia, actual territorio de Turquía, tuvo un prelado llamado Nicolás, célebre por la generosidad que mostró con los niños y con los pobres, y que fue perseguido y encarcelado por el emperador Diocleciano. Con la llegada de Constantino al trono de Bizancio ─ciudad que con él se llamó Constantinopla─, Nicolás quedó en libertad y pudo participar en el Concilio de Nicea (325). A su muerte fue canonizado por la Iglesia católica con el nombre de San Nicolás.
Surgieron entonces innúmeras leyendas sobre milagros realizados por el santo en beneficio de los pobres y de los desamparados. Durante los primeros siglos después de su muerte, San Nicolás se tornó patrono de Rusia y de Grecia, así como de incontables sociedades benéficas y, también, de los niños, de las jóvenes solteras, de los marineros, de los mercaderes y de los prestamistas.
Ya desde el siglo VI se habían venido erigiendo numerosas iglesias dedicadas al santo, pero esta tendencia quedó interrumpida con la Reforma, cuando el culto a San Nicolás desapareció de toda la Europa protestante, excepto de Holanda, donde se lo llamaba Sinterklaas (una forma de San Nicolás en neerlandés).
En Holanda la leyenda de Sinterklaas se fusionó con antiguas historias nórdicas sobre un mítico mago que andaba en un trineo tirado por renos, que premiaba con regalos a los niños buenos y castigaba a los que se portaban mal.
En el siglo XI, mercaderes italianos que pasaban por Mira robaron reliquias de San Nicolás y las llevaron a Bari, con lo que esa ciudad italiana, donde el santo nunca había puesto los pies, se convirtió en centro de devoción y peregrinaje, al punto que hoy es conocido como San Nicolás de Bari.
En el siglo XVII, emigrantes holandeses llevaron la tradición de Sinterklaas a los Estados Unidos, cuyos habitantes anglófonos adaptaron el nombre a Santa Claus, que les resultaba más fácil de pronunciar, y crearon una nueva leyenda, que acabó de cristalizar en el siglo XIX, sobre un anciano alegre y bonachón que en Navidad recorría el mundo en su trineo, distribuyendo regalos.
En los Estados Unidos, Santa Claus se convirtió rápidamente en símbolo de la Navidad, en estímulo de las fantasías infantiles y, sobre todo, en ícono del comercio de regalos navideños, que anualmente moviliza miles de millones de dólares.
Esta tradición no demoró en cruzar nuevamente el Atlántico, ahora remozada, y en extenderse hacia varios países europeos, en algunos de los cuales Santa Claus cambió de nombre. En el Reino Unido se le llamó Father Christmas (papá Navidad); en Francia fue traducido a Père Noël (con el mismo significado), nombre del cual los españoles tradujeron sólo la mitad, para adoptar Papá Noel, que se extendió rápidamente a la América Latina.

domingo, diciembre 23, 2007

El origen de la Navidad.

Navidad.

Cuando compramos los regalos de Navidad, decoramos el árbol o nos reunimos con la familia alrededor de la cena navideña, raramente nos detenemos a pensar cómo se fueron formando esas tradiciones milenarias, algunas de ellas mucho más antiguas que el propio cristianismo.
La conmemoración del nacimiento de Jesús, la fiesta más universal de Occidente, se celebró por primera vez el 25 de diciembre de 336 en Roma, pero hasta el siglo v, la Iglesia de Oriente siguió conmemorando el nacimiento y el bautismo del ‘niño Dios’ de los cristianos el 6 de enero. El nombre de la fiesta Navidad, proviene del latín nativitas, nativitatis (nacimiento, generación).
En siglos posteriores, las diócesis orientales fueron adoptando el 25 de diciembre, y dejando el 6 de enero para recordar el bautismo de Cristo, con excepción de la Iglesia armenia, que hasta hoy conmemora la Navidad en esa fecha de enero.
No se conoce con certeza la razón por la cual se eligió el 25 de diciembre para celebrar la fiesta navideña, pero los estudiosos consideran probable que los cristianos de aquella época se hubieran propuesto reemplazar con la Navidad la fiesta pagana conocida como natalis solis invicti (festival del nacimiento del sol invicto), que correspondía al solsticio de invierno en el hemisferio norte, a partir del cual empieza a aumentar la duración de los días y el sol sube cada día más alto por encima del horizonte.
Una vez que la Iglesia oriental instituyó el 25 de diciembre para la Navidad, el bautismo de Jesús empezó a festejarse en Oriente el 6 de enero, pero en Roma esa fecha fue escogida para celebrar la llegada a Belén de los Reyes Magos, con sus regalos de oro, incienso y mirra.
A lo largo de los siglos, las costumbres tradicionales vinculadas a la Navidad se desarrollaron a partir de múltiples fuentes. En esas tradiciones, tuvo considerable influencia el hecho de que la celebración coincidiera con las fechas de antiquísimos ritos paganos de origen agrícola, que tenían lugar al comienzo del invierno.
Así, la Navidad acogió elementos de la tradición latina de la Saturnalia, una fiesta de regocijo e intercambio de regalos, que los romanos celebraban el 17 de diciembre en homenaje a Saturno.
Y no hay que olvidar que el 25 de diciembre era también la fiesta del dios persa de la luz, Mitra, respetado por Diocleciano, y que había inspirado a griegos y romanos a adorar a Febo y a Apolo.
En el Año Nuevo, los romanos decoraban sus casas con luces y hojas de vegetales y daban regalos a los niños y a los pobres, en un clima que hoy llamaríamos ‘navideño’ y, a pesar de que el año romano comenzaba en marzo, estas costumbres también fueron incorporadas a la festividad cristiana.
Por otra parte, con la llegada de los invasores teutónicos a la Galia, a Inglaterra y a Europa Central, ritos germánicos se mezclaron con las costumbres celtas y fueron adoptados en parte por los cristianos, con lo que la Navidad se tornó desde muy temprano una fiesta de comida y bebida abundante, con fuegos, luces y árboles decorados.
La Navidad que celebramos hoy es, pues, el producto de un milenario crisol en el que antiguas tradiciones griegas y romanas se conjugaron con rituales célticos, germánicos y con liturgias ignotas de misteriosas religiones orientales.
Texto extraído del libro La fascinante historia de las palabras.

miércoles, diciembre 19, 2007

Dudas: Inequidad e iniquidad. Inerme e inerte.

Es muy cierto, que nuestro maravilloso idioma nos juega malas pasadas al colocar ante nuestras inexpertas miradas términos idénticos tanto en grafía como en sonido. Donde sólo la variante de una letra nos remite a un significado diferente, por lo cual, debemos estar atentos para no caer en esos errores tan comunes que escuchamos o leemos a diario.
Hoy trataremos las siguientes palabras:
Inequidad e iniquidad.

Inequidad.
‘Desigualdad o falta de equidad’:
«Una sociedad convencida de la inequidad del reparto de la renta y la riqueza carecerá del mínimo de cohesión social» (FdzOrdóñez España [Esp. 1980]).
Iniquidad.

‘Injusticia o maldad’:
«Creía que iba a obtener el cielo por el medio terrible de sufrir iniquidades» (Allende Casa [Chile 1982]).
En síntesis aunque la desigualdad sea una gran injusticia debemos atender que ambos conceptos se definen con términos diferentes y así no confundir inequidad con iniquidad.
Inerme e inerte.

Inerme.

‘Indefenso o sin armas’:
«Quien tiene espada gobierna y quien está inerme se somete y rinde tributo al jefe» (Otero Temporada [Cuba 1983]).
Inerte.
‘Sin vida o sin movimiento’:
«Los atuneros matan centenas de tiburones para quitarles sus aletas y tirar sus inertes cuerpos al mar» (ByN [Ec.] 30.11.97).
E ‘inactivo o incapaz de reacción’:
«Contiene, junto a un sustrato de sustancias vegetales farmacológicamente inertes, una familia de alcaloides presidida por la morfina» (Chiozza Cuerpo [Arg. 1976]).
En resumen puede que usted se sienta inerme (indefenso) ante la inseguridad galopante y a la vez quedarse inerte (inactivo o sin movimiento) ante los atracos que vemos por todos lados.

martes, diciembre 18, 2007

Dudas: Infestar - Infectar.

Infestar e infectar.
Son de esas palabras que se prestan a confusión tanto por el sonido como por su cercana grafía. Donde además influye, la estrecha relación que guardan como términos derivados del latín y utilizados en su mayoría en el área de la biología y de la medicina.
Infestar.
1. Dicho de gran cantidad de individuos de una misma especie, ‘invadir [algo o a alguien] en forma de plaga’:
«Las garrapatillas también nos infestaban» (Valladares Esperanza [Cuba 1985]).
En participio, va normalmente seguido de un complemento con de:
«El terreno era umbrío, muy húmedo e infestado de mosquitos» (Mendoza Ciudad [Esp. 1986]).
No debe confundirse con infectar.
2. El sustantivo que corresponde a infestar es infestación:
«La plaga es un coleóptero escolítido que se alimenta de los tejidos vegetales vivos que se encuentran bajo la corteza del árbol, y termina matándolo cuando la infestación es grande» (Vázquez/Orozco Destrucción [Méx. 1989]).
No debe confundirse con infección, sustantivo que corresponde a infectar.
Infectar (se).
1. Como transitivo, dicho de microorganismos patógenos como virus o bacterias, ‘invadir [algo o a alguien]’:
«El virus del sida ha infectado a 17 000 españoles» (GaHernández Encrucijada [Esp. 1993]).
Y ‘transmitir [a algo o a alguien] microorganismos patógenos’:
«Nada más terminar con cada oveja hay que curarles las heridas y evitar que las moscas las infecten» (Turismo [Esp.] 9.98).
Como pronominal, ‘ser invadido por microorganismos patógenos’, a veces con un complemento con de:
«Las cicatrices de las quemaduras volvían a abrirse y se infectaban» (Fogwill Cantos [Arg. 1998]).
«Llegaron al extremo de infectarse de sida por amor» (Mundo [Esp.] 1.6.96).
No debe confundirse con infestar.

2. El sustantivo que corresponde a infectar es infección:
«La causa puede ser una infección vírica, una infección bacteriana [...] y el uso prolongado de lentes de contacto» (Tiempos [Bol.] 2.10.01).
No es correcta la forma infectación, error debido al cruce con infestación, sustantivo que corresponde a infestar.
En síntesis ambos términos se refieren a invadir [algo o a alguien] pero como guía aprendamos que sólo las plagas (individuos de una misma especie) infestan y causan infestación mientras que los virus o bacterias infectan causando infección.

lunes, diciembre 17, 2007

Dudas frecuentes: Lívido - Libido. Aptitud -Actitud.

Lívido y libido.
Lívido es un adjetivo, que significa amoratado, que tira a morado, aplicado a personas, muy pálido. Esta palabra con acentuación esdrújula se escucha frecuentemente en sustitución de la palabra libido, acentuación grave, escrita con b labial, para designar simplemente el 'apetito sexual' o incluso la 'lujuria' o la 'lascivia'. El uso hasta ahora tan restringido del término libido ha impedido su conocimiento cabal a la inmensa mayoría haciéndolo fácil presa del cruce con lívido, palabra que sí "suena" de manera general.
Ejemplos:
Se puso lívido cuando subía la montaña.
Asiste a terapia para aumentar la libido.
«A mí el vino me sube la libido»
A pesar de todo, no es fácil proponer una clave definitiva que ayude a no errar en estos casos concretos; solo cabe hacer una advertencia para que seamos conscientes de las posibles confusiones.
Actitud y aptitud.
Actitud se refiere a la ‘disposición de ánimo manifestada exteriormente’:
«Se ha producido un cambio sustancial en la actitud de los fieles» (Zaragoza Religiones I [Esp. 1993]).
Aptitud se fija en la ‘capacidad para el desempeño de un ejercicio’:
«De su madre heredó una gran aptitud musical» (Castilla Psiquiatría 2 [Esp. 1980]).
Pero ambos significados presentan cierta relación, y las dos palabras pueden aparecer en contextos similares:
"Fulano muestra buena actitud / aptitud"; y ello causa confusión.
Cabe decir que las actitudes son modificables y cambiantes, en tanto que las aptitudes nacen con uno mismo y pueden desarrollarse más o menos a lo largo del tiempo, pero no pueden imbuirse a quien no las posee; también cabe echar mano de la distinta construcción preposicional: actitud ante algo / aptitud para algo.

domingo, diciembre 16, 2007

DUDAS: VERGONZANTE - VERGONZOSO.

Vergonzante. Dicho de una persona, ‘que siente vergüenza por algo’:
«Mi tía Luz venía de una familia de pobres vergonzantes, gente muy principal, muy orgullosa, pero al fin y al cabo pobres vergonzantes» (González Dios [Méx. 1999]).
Y, referido a cosa, ‘propio de la persona vergonzante’ o ‘que se oculta por vergüenza’:
«Se había convertido en un padecimiento vergonzante que pocos se atrevían a exhibir» (MtnGaite Usos [Esp. 1987]).
No es sinónimo de vergonzoso.
Vergonzoso -sa.
‘Que causa vergüenza’:
«Esos versos son un plagio vergonzoso» (TBallester Filomeno [Esp. 1988]).
Y ‘tímido o que se avergüenza con facilidad’:
«Esther dice que, por apocada y vergonzosa, nunca sabré qué es el amor» (VLlosa Elogio [Perú 1988]).
No debe confundirse con vergonzante.
En síntesis, la actitud ‘vergonzante’ es la de quien tiene vergüenza; y ‘vergonzosa’, la de quien la causa.

Dudas: ¿Qué significa detentar?

Detentar.
‘Poseer o retener [algo, especialmente un título o cargo] ilegítimamente’:
«Eran los militares quienes detentaban el control del aparato de gobierno» (Gordon Crisis [Méx. 1989]); «La Iglesia está usufructuando o detentando (que tiene más connotación culpable) el patrimonio artístico nacional» (Mundo [Esp.] 24.9.94).
Es incorrecto usar este verbo cuando la posesión es legítima:
«Detentando España la presidencia de la CE [...], la Comisión ha decidido celebrar esta segunda reunión plenaria en nuestro país» (Abc [Esp.] 18.8.89).
Si decimos, como se ha visto escrito en algunos diarios, “el poder que detenta”; estaremos indicando que ha obtenido el poder por la fuerza o por otra forma ilegal.
El poder ganado en las urnas nunca se detenta. ( Sólo si se demuestra lo contrario)

sábado, diciembre 15, 2007

JAIME SABINES - POEMAS.

Espero curarme de ti.
Espero curarme de ti en unos días.
Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte.
Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno.
Me receto tiempo, abstinencia, soledad.
¿Te parece bien que te quiera nada más una semana?.
No es mucho, ni es poco, es bastante.
En una semana
se pueden reunir todas las palabras de amor
que se han pronunciado sobre la tierra
y se les puede prender fuego.
Te voy a calentar con esa hoguera del Amor quemado.
Y también el silencio.
Porque las mejores palabras del Amor
están entre dos gentes que no se dicen nada.
Hay que quemar también
ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama.
Tú sabes cómo te digo que te quiero cuando digo:
“qué calor hace”,
“dame agua”,
“¿sabes manejar?,
“se hizo de noche”
…Entre las gentes, a un lado de tus gentes
y las mías, te he dicho “ya es tarde”,
y tú sabías que decía “te quiero”.
Una semana más
para reunir todo el amor del tiempo.
Para dártelo.
Para que hagas con él lo que tú quieras:
guardarlo,
acariciarlo,
tirarlo a la basura.
No sirve, es cierto.
Sólo quiero una semana para entender las cosas.
Porque esto es muy parecido
a estar saliendo de un manicomio
para entrar a un panteón.
TU NOMBRE.

Trato de escribir en la oscuridad tu nombre.
Trato de escribir que te amo.
Trato de decir a oscuras todo esto.
No quiero que nadie se entere,
que nadie me mire a las tres de la mañana
paseando de un lado a otro de la estancia,
loco, lleno de ti, enamorado.
Iluminado, ciego, lleno de ti, derramándote.
Digo tu nombre con todo el silencio de la noche,
lo grita mi corazón amordazado.
Repito tu nombre, vuelvo a decirlo,
lo digo incansablemente,
y estoy seguro que habrá de amanecer.

viernes, diciembre 14, 2007

DUDAS: porque - porqué - por qué.

Porque.
1. Conjunción subordinante átona que tiene los siguientes valores:
a) Se usa mayoritariamente como conjunción causal, para introducir la oración subordinada que expresa la causa de la acción designada por el verbo de la principal:
«Me tenéis envidia porque fui la única que se casó» (MtzMediero Vacaciones [Esp. 1991]).
Con este valor no se considera correcta hoy su escritura en dos palabras:
«Prefiere adoptar el papel de villano por que es más efectivo» (Tiempo [Col.] 15.4.97).
b) También se emplea como conjunción final, seguida de un verbo en subjuntivo, con sentido equivalente a para que:
«Hará lo que pueda porque su estancia en Suecia sea feliz» (Sampedro Congreso [Esp. 1952]).
En este caso se admite también su escritura en dos palabras: «Hará lo posible por que se cure» (Marías Corazón [Esp. 1992]).
2. No debe confundirse la conjunción porque con las secuencias siguientes, en que aparece escrito por que en dos palabras:
a) La combinación del pronombre relativo que precedido de la preposición por. Su identificación es fácil, ya que el relativo que admite la anteposición del artículo correspondiente (el, la, los, las) o puede sustituirse por otros relativos como el cual, la cual, los cuales, las cuales:
«La verdadera razón por que [= por la que, por la cual] quieres quedarte es Miguel» (Allende Casa [Chile 1982]).
b) La combinación de la preposición por exigida por un verbo, un sustantivo o un adjetivo, seguida de la conjunción subordinante que:
«No había que preocuparse por que me volviera la destemplanza» (Mendicutti Palomo [Esp. 1991]).
«Expresó su interés por que el decreto se lleve a cabo» (Abc [Esp.] 15.11.97).
«Llegan incluso ansiosos por que nos lo creamos» (País [Esp.] 9.10.97).
3. Tampoco debe confundirse porque, conjunción átona que se escribe sin tilde, con porqué ni con por qué.
Porqué.

1. Sustantivo masculino que significa ‘causa o motivo’. Se usa precedido de determinante y su plural es porqués:
«No entiendo el porqué de esas letanías» (Nieva Zorra [Esp. 1988]).
«La lucidez de su mente no alcanzaba a comprender los porqués de su hijastro» (Elizondo Setenta [Méx. 1987]).
2. No debe confundirse con por qué, combinación de la preposición por y el pronombre o adjetivo interrogativo o exclamativo qué:
« ¿Por qué me has hecho eso?» (GaMorales Lógica [Esp. 1990]).
«Aún no sé por qué razón he venido» (Volpi Klingsor [Méx. 1999]).
«— ¡Que por qué! —exclamó» (RRosa Sebastián [Guat. 1994]).
Es incorrecto anteponer en estos casos el artículo el:
«Seguramente tú tienes una teoría para explicar el por qué ocurre eso» (Cambio 16 [Esp.] 17.9.90).
Obsérvese que, en esta oración, por qué no es sustituible por motivo o razón: *para explicar el motivo ocurre eso; debió decirse para explicar por qué ocurre eso.

jueves, diciembre 13, 2007

Dudas: Qué, tónico.

Qué.
1. Palabra tónica, que debe escribirse con tilde a diferencia del pronombre relativo o de la conjunción que.
Tiene los siguientes valores:
1.1. Pronombre interrogativo o exclamativo, que, referido siempre a cosas, introduce enunciados interrogativos o exclamativos directos, y oraciones subordinadas interrogativas o exclamativas indirectas:
« ¿Qué te ha pasado?» (Ferré Batalla [P. Rico 1993]).
« ¡Qué me va usted a decir, si soy yo quien le aguanta!» (Sampedro Sonrisa [Esp. 1985]).
«Ahora entiendo por qué aceptaste acostarte con Arturo» (Gamboa Páginas [Col. 1998]).
Puede constituir por sí solo un enunciado: «— ¿Sabes una cosa? — ¿Qué?» (Padilla Jardín [Cuba 1981]).
En estos casos, es frecuente en el habla coloquial la anteposición del artículo el: «—Germán, esto no funciona. — ¿El qué?» (Marsillach Ático [Esp. 1995]); pero no es admisible en la lengua culta anteponer a este pronombre el artículo neutro lo: «—No sé, fue un instante, un relámpago; y en ese relámpago sentí de nuevo... — ¿Lo qué?» (Mahieu Gallina [Arg. 1980]).
En oraciones exclamativas, seguido de la preposición de y un sustantivo, sirve para ponderar la cantidad, con sentido equivalente a cuánto:
«¡Qué de risitas y de guiños tuviste que soportar!» (Savater Catón [Esp. 1989]).
Este pronombre puede introducir oraciones interrogativas indirectas con verbo en infinitivo y dependientes de los verbos tener y haber:
«— ¿A qué te dedicas, Juanito? [...] —Hace seis meses que me arruiné en el campo, y no tengo qué hacer» (Araya Luna [Chile 1982]).
«No había qué comer, para variar, pero teníamos dignidad» (Valdés Vida [Cuba 1996] 119).
Este uso no ha de confundirse con las perífrasis verbales haber que o tener que seguidas de infinitivo, que expresan necesidad u obligación, en las que que es conjunción átona que debe escribirse sin tilde:
«No tienes que hacer nada» (Pedrero Invierno [Esp. 1989]).
«A él no le gustaba la tragonería, pero había que comer» (GaBadell Funeral [Esp. 1975]).
1.2. Antepuesto a un sustantivo, y referido tanto a personas como a cosas, funciona como adjetivo interrogativo o exclamativo:
«¿Qué documento necesita?» (Chao Altos [Méx. 1991]).
«Qué mujer tan extraordinaria» (Marsé Embrujo [Esp. 1993]).
«No se podía saber en qué lío estaba metida» (Belli Mujer [Nic. 1992]).
« ¡Y mire qué flores más lindas!» (Chase Pavo [C. Rica 1996]).
1.3. También puede funcionar como adverbio interrogativo o exclamativo, normalmente en oraciones exclamativas y antepuesto a un adjetivo o a otro adverbio:
« ¿Qué te importa ya eso?» (Amestoy Ederra [Esp. 1982]).
« ¡Qué guapo estás!» (AMillán Guardapolvo [Esp. 1990]).
« ¡Qué bien jugaste, mamá!» (Daneri Matar [Arg. 1981]).
1.4. Como el resto de los interrogativos, puede sustantivarse:
«Un episodio en el que es necesario distinguir el qué del cómo» (Mundo [Esp.] 23.8.96).
Forma parte de las locuciones nominales el qué dirán (‘la opinión de la gente’):
«Los príncipes no hacen nada y si hacen algo [...] es para no aburrirse y evitar el qué dirán» (Hoy [Chile] 5-11.5.97).
Y un no sé qué (‘algo que no se sabe explicar’):
«Los ricos tienen un no sé qué que les hace especiales» (Vanguardia [Esp.] 10.8.94).
2. En la lengua coloquial es frecuente su uso con verbos de peso, medida o precio, con sentido equivalente a cuánto:
« ¿Qué vale ese cirio?» (País [Esp.] 2.11.80).
«— ¿Qué pesa? [...] —Trescientos kilogramos» (Lugones Fuerza [Arg. 1906]).
Con el mismo valor se usa también con la palabra años:
«— ¿Qué años tienes? [...] —Diecisiete, alteza» (Muñiz Tragicomedia [Esp. 1980]).
Sin embargo, no debe emplearse en el habla esmerada con el valor que corresponde a otros adverbios interrogativos como dónde, cuándo o cómo, algo no infrecuente en el habla coloquial:
¿Qué vas, al cine? (en lugar de ¿Dónde vas, al cine?); ¿Qué llegaste, ayer? (en lugar de ¿Cuándo llegaste, ayer?); ¿Qué lo has hecho, con un martillo? (en lugar de ¿Cómo lo has hecho, con un martillo?).
3. Sigue teniendo valor interrogativo y, por tanto, se escribe con tilde cuando va precedido de la preposición según, o del verbo depender o el adverbio independientemente seguidos de la preposición de, y puede ser sustituido por lo que:
«El hombre procede muy diferentemente según quién le mire y según qué mire él» (Albizu Homilías [Esp. 1917]).
«Todo depende de qué queramos hacer» (Rovner Compañía [Arg. 1993]).
Tienes que acabar tus estudios, independientemente de qué quieras hacer en el futuro.
4. Forma parte de numerosas fórmulas y locuciones:
a) a qué santo o a santo de qué.
Fórmula que significa ‘por qué, con qué motivo’, con la que se manifiesta enfado o disconformidad ante el hecho que se expresa a continuación: «A qué santo se mete a decirme que Inés está pensando abandonarme» (Bryce Vida [Perú 1981]); «¿A santo de qué viene citar los Evangelios?» (Egido Corazón [Esp. 1995]).
b) no hay de qué.
Fórmula con que se contesta a las expresiones de gratitud: «— ¡Y gracias por todo! — ¡No hay de qué!» (VqzFigueroa Taberna [Esp. 1994]).
c) qué hay.
Fórmula de saludo: «Qué hay, Fischer —me saludó» (Collyer Pájaros [Chile 1995]).
d) que para qué.
Expresión con que se pondera lo expresado con anterioridad: «Tiene un talento que para qué, es todo un artista» (SchzOstiz Infierno [Esp. 1995]).
e) qué sé yo (qué).
Tiene valor indefinido y se usa para atenuar lo que se dice, para introducir una ejemplificación o para rematar el enunciado aludiendo vagamente a otras cosas que no se expresan: «Y noté..., qué sé yo, como unos bultitos» (BVallejo Trampas [Esp. 1994]); «Era gente educada en Oxford, en Cambridge, qué sé yo» (Bryce Vida [Perú 1981]); «Y se bebía tintorro de Valdepeñas [...] y copitas de Chinchón dulce con alfajores de Estepa. Y milhojas, y candelilla, bueno, qué sé yo qué» (Zamora Traque [Esp. 1972]).
f) qué tal.
Locución adverbial equivalente a cómo: «¿Qué tal lo has pasado?» (RGodoy Mujer [Esp. 1990]). Se emplea como fórmula de saludo, por abreviación de ¿qué tal estás?, ¿qué tal te va?, etc.: «Hola. ¿Qué tal?» (ASantos Moro [Esp. 1985]). También se emplea para proponer algo al interlocutor: «¿Qué tal un chupe de camarones?» (Scorza Tumba [Perú 1988]).
g) qué tan (to).
Locución adverbial equivalente, según los casos, a cuán (to) o a cómo de, que puede aparecer en oraciones interrogativas o exclamativas, tanto directas como indirectas. Era normal en el español medieval y clásico, y hoy pervive en amplias zonas de América: « ¿Qué tanto podrá desarrollarse el mercado bursátil en los próximos cinco años?» (Prensa [Guat.] 8.7.96); «¿Qué tan sofisticado es el equipamiento técnico que usted utiliza en sus presentaciones?» (Caras [Chile] 26.5.97); «Era mi costumbre [...] la de deshojar margaritas para saber qué tanto me amaba Estefanía» (Paso Palinuro [Méx. 1977]); «Depende de qué tan madrugador sea usted» (Tiempo [Col.] 7.4.97).
h) qué va.
Se usa como negación enfática: «— ¿Le pasa a usted algo? — ¡Qué va! Estoy muy bien» (Sampedro Sonrisa [Esp. 1985]).
i) sin qué ni para qué.
Locución adverbial que significa ‘sin motivo’: «Se desmaya Edelmiro sin qué ni para qué» (Ramírez Baile [Nic. 1995]).
j) y (a mí o eso) qué.
Expresa desprecio o indiferencia ante lo que se acaba de oír: «—Todavía no ha oscurecido. — ¿Y qué?» (Ducoudray Ojos [C. Rica 1992]); «—Julia sigue enferma. [...] —¿Y a mí qué?» (Guelbenzu Río [Esp. 1981]); «La gente no quería a los policías [...] ¿Y eso qué? Él no se sacaba la mugre para que la gente lo respetara o lo quisiera» (VLlosa Tía [Perú 1977]).

martes, diciembre 11, 2007

Dudas: expectación - expectativa.

Expectación.
‘Inquietud o ansiedad que genera la espera de algo que interesa’:
«El panel de expertos [...] ha llegado a una conclusión unánime después de varios días de expectación» (Mundo [Esp.] 30.1.97); y ‘curiosidad o interés’: «Desde esta región se siguió con expectación la alocución presidencial de anoche» (País [Col.] 22.5.97).
A veces se usa incorrectamente con el sentido de ‘esperanza o expectativa’, especialmente en plural, por calco censurable del inglés expectation. Como en el ejemplo siguiente:
«Altos coeficientes de mortalidad y morbilidad, con muy bajas expectaciones de vida» (Aguirre Antropología [Méx. 1986]). Debió escribirse:... con muy bajas expectativas de vida.
No es correcta la grafía espectación.

Expectativa.
Significa ‘espera’ cuando forma parte de las construcciones a la expectativa o en expectativa: «La nación entera está a la expectativa de los resultados que de este diálogo puedan desprenderse» (Prensa [Nic.] 30.6.97); «En Pamplona recalaron don Carlos y Conchita, en expectativa de mejores tiempos» (Laín Descargo [Esp. 1976]).
En otros contextos significa ‘esperanza o posibilidad razonable de que algo suceda’: «Los niños quedaban expuestos a mayores riesgos de enfermedades, lo que disminuía sus expectativas de vida» (Silvestrini/LSánchez Puerto Rico [P. Rico 1987]); «Ante la expectativa de una subida gradual del precio de la divisa a lo largo del año, todavía vale la pena seguir endeudándose en dólares» (Expreso [Perú] 15.4.92).
No debe confundirse con expectación (‘inquietud o ansiedad que genera la espera de algo que interesa’ como en el siguiente ejemplo:
«Su respuesta era esperada con expectativa» (Vanguardia [Esp.] 30.9.95). Debió escribirse:
Su respuesta era esperada con expectación.
Es incorrecta la grafía espectativa.

lunes, diciembre 10, 2007

Adaptación gráfica de palabras inglesas: picop, pirsin, panti...

Pick-up - picop.
Adaptación gráfica propuesta para la voz inglesa pick-up, usada con frecuencia en el español americano para designar el vehículo de transporte, de menor tamaño que un camión, con la parte de atrás descubierta. Esta adaptación se documenta ya en el español de México y de algunos países centroamericanos. Es válido su uso en ambos géneros y su plural es picops: «Estos [los delincuentes] huyeron en el picop» (Hora [Guat.] 4.1.97); «Circulamos entre [...] grúas y picops importadas» (Aguilar Golfo [Méx. 1986]).
También se admite la adaptación picap, que refleja la pronunciación extendida de este anglicismo en otras zonas de América.
Piercing – Pirsin.
Adaptación gráfica propuesta para la expresión inglesa (body) piercing, ‘perforación hecha en una parte del cuerpo distinta del lóbulo de la oreja, para insertar pendientes, aros u otros ornamentos’.
Su plural debe ser pírsines. También puede sustituirse el anglicismo por expresiones españolas alternativas, como perforación (corporal): «La moda de las perforaciones corporales (piercing) [...] será regulada por una ley estatal. [...] Los establecimientos donde se realicen perforaciones deberán contar con cabinas para sus prácticas» (País@ [Esp.] 14.1.03); o perforado: Se ha hecho un perforado en el ombligo.
Panty – panti.
1. Adaptación gráfica de la voz inglesa panty, que se usa con dos sentidos diferentes en español, según las zonas:
a) En España y algunos países de América, panti(s) significa ‘prenda femenina, de tejido fino y muy elástico, que cubre de los pies a la cintura’: «Un traje de chaqueta escocés [...], un suéter fino [...] en amarillo, pantis también amarillos y un collarcito de perlas» (Hidalgo Azucena [Esp. 1988]).
En países como México, Cuba, Puerto Rico o Colombia se usa, con este sentido, el compuesto pantimedia(s), de género femenino: «Su madre se había ahorcado con una pantimedia que colgó del tubo de un ropero» (DYucatán [Méx.] 4.7.96).
b) En países como Puerto Rico, Panamá, Costa Rica o Venezuela, ‘prenda interior femenina que cubre desde la cintura, o las caderas, hasta las ingles’: «¿Y viste sus sostenes? ¿Y viste sus panticitos así de chiquiticos...?» (Nación [C. Rica] 12.9.96).
2. Con ambos sentidos se usa mayoritariamente en masculino (el panti, los pantis), aunque en algunas zonas de América es normal su empleo en femenino: «La nieve arruinó la noche haciéndola caer sobre la berma, dejándola con las pantis destrozadas y una gran hinchazón en las rodillas» (Souza Mentira [Perú 1998]).
Su plural es pantis.
Debe evitarse en español el uso del plural inglés panties, así como el de la forma pantys, que no es ni inglesa ni española.
Consulta aquí el

domingo, diciembre 09, 2007

Los hijos infinitos.

Andrés Eloy Blanco.
Cuando se tiene un hijo,
se tiene al hijo de la casa y al de la calle entera,
se tiene al que cabalga en el cuadril de la mendiga
y al del coche que empuja la institutriz inglesa
y al niño gringo que carga la criolla
y al niño blanco que carga la negra
y al niño indio que carga la india
y al niño negro que carga la tierra.
Cuando se tiene un hijo,
se tienen tantos niños que la calle se llena
y la plaza y el puente
y el mercado y la iglesia
y es nuestro cualquier niño cuando cruza la calle
y el coche lo atropella
y cuando se asoma al balcón
y cuando se arrima a la alberca;
y cuando un niño grita, no sabemos
si lo nuestro es el grito o es el niño,
y si le sangran y se queja,
por el momento no sabríamos
si el ¡ay! es suyo o si la sangre es nuestra.
Cuando se tiene un hijo,
es nuestro el niño que acompaña a la ciega
y las Meninas y la misma enana
y el Príncipe de Francia y su Princesa
y el que tiene San Antonio en los brazos
y el que tiene la Coromoto en las piernas.
Cuando se tiene un hijo, toda risa nos cala,
todo llanto nos crispa, venga de donde venga.
Cuando se tiene un hijo,
se tiene el mundo adentro
y el corazón afuera.
Y cuando se tienen dos hijos
se tienen todos los hijos de la tierra,
los millones de hijos con que las tierras lloran,
con que las madres ríen, con que los mundos sueñan,
los que Paul Fort quería con las manos unidas
para que el mundo fuera la canción de una rueda,
los que el Hombre de Estado, que tiene un lindo niño,
quiere con Dios adentro y las tripas afuera,
los que escaparon de Herodes para caer en Hiroshima
entreabiertos los ojos, como los niños de la guerra,
porque basta para que salga toda la luz de un niño
una rendija china o una mirada japonesa.
Cuando se tienen dos hijos
se tiene todo el miedo del planeta,
todo el miedo a los hombres luminosos
que quieren asesinar la luz y arriar las velas
y ensangrentar las pelotas de goma
y zambullir en llanto ferrocarriles de cuerda.
Cuando se tienen dos hijos
se tiene la alegría y el ¡ay! del mundo en dos cabezas,
toda la angustia y toda la esperanza,
la luz y el llanto, a ver cuál es el que nos llega,
si el modo de llorar del universo
el modo de alumbrar de las estrellas.

sábado, diciembre 08, 2007

Andrés Eloy Blanco y sus infinitos hijos: el pueblo.

Andrés Eloy Blanco (1896-1955).
Poeta, cuentista, dramaturgo, periodista, biógrafo, orador y ensayista venezolano nacido en Cumaná.
Hacia 1913 se cuenta como uno de los integrantes del Círculo de Bellas Artes y en 1918 publica El huerto de la epopeya (drama en verso) y es encarcelado en la Rotunda por participar en manifestaciones estudiantiles.
Estudia derecho en la Universidad Central de Venezuela y en 1921 edita Tierras que me oyeron.
En 1922 publica Los Claveles de la puerta. En 1923 obtiene el Primer Premio en los Juegos Florales de Santander con su poema Canto a España. Viaja a la península para recibir el premio, permaneciendo en Europa durante más de un año. Allí conoce los movimientos de vanguardia de la época. En 1924 viaja a La Habana, donde se reúne con exiliados gomecistas e intelectuales cubanos.
Al regreso publica El amor no fue a los toros. En 1928, comienza a editar el periódico anti-gomecista -El Imparcial-. Después del golpe del 7 de abril de 1928 es hecho prisionero nuevamente en La Rotunda, trasladado más tarde al Castillo Libertador de Puerto Cabello y finalmente confinado en Timotos y luego en Valera.
En 1932 se le permite regresar a Caracas por estar enfermo, pero prohibiéndole publicar en la prensa y hablar por radio. En 1934 aparece Poda, que es el saldo de su producción entre 1923 y 1928. En 1935 publica La aereoplana clueca, volumen de cuentos con un gran sabor humorístico que desembocará en el semanario -El Morrocoy Azul-. Después desempeña varios cargos públicos.
El 1936 se produce una manifestación en Caracas, la cual es ametrallada por órdenes del gobernador del Distrito Federal. Comienza la expulsión de dirigentes políticos, a los que se acusa de extremistas. La actitud de Andrés Eloy Blanco es de franca protesta. Es, además, uno de los miembros de la Organización Revolucionaria Venezolana (ORVE), mal vista por el gobierno.
Se estudia en las esferas oficiales la conveniencia de alejar al poeta del país y lo designan Inspector de Consulados. Con este carácter viaja por Cuba, Estados Unidos y Canadá. Más tarde renuncia a la Inspectoría de Consulados y retorna a su país. En 1937, funda, junto a otros, el PDN (Partido Democrático Nacional), y es elegido diputado. En este mismo año publica Barco de Piedra (poemas), Abigaíl (teatro) y Malvina Recobrada (prosas poéticas).
En 1938 publica Baedeker 2000 (Poemas). Posteriormente se introduce de lleno en la política, siendo uno de los fundadores del partido Acción Democrática y trabaja para la candidatura de Rómulo Gallegos (1941). En 1942 publica Navegación de altura (recopilación de artículos políticos). En 1944 se casa con Lilina Iturbe y a finales de 1946 preside la Asamblea Nacional Constituyente. En 1947 publica Vargas, albacea de la angustia (biografía). En 1948, el presidente Rómulo Gallegos lo designa Ministro de Relaciones Exteriores.
Tras el derrocamiento de Rómulo Gallegos, Acción Democrática es disuelta y el poeta y su familia salen de Venezuela a Cuba para trasladarse luego a México. Lejos de la contienda política, Andrés Eloy Blanco escribe de nuevo. De este retorno a la creación literaria encontramos: A un año de tu luz (1951) y Giraluna (1955).
El 21 de mayo de 1955 fallece trágicamente en Ciudad de México. Su última intervención pública, a horas del deceso, fue un discurso, en el cual llamó a lo mejor del espíritu venezolano a seguir viviendo.
Como poeta gozó con sus poemas de una popularidad que tal vez sólo tuvieron Abigail Lozano (1821-1866) durante el siglo XIX, Andrés Mata (1870-1931) a principios del presente, Aquiles Nazoa (1920-1976) a partir de los años cincuenta o Víctor Valera Mora (1935-1984) en los últimos tiempos.
Pocos de los creadores con el verso han logrado tan alta estimación pública, cosa que se pone de manifiesto con los textos que él recogió en su libro "Poda". Su obra contiene un registro muy amplio: toca lo personal, como en "El alma inquieta"; lo geográfico y lo telúrico ("El río de las siete estrellas"); se hace eco de las tradiciones ("El limonero del Señor"); es juguetón ("El conejo blanco" o "El gato verde"); suyos son romances sobre tradiciones, como el de "La loca luz Caraballo"; la transida emoción filial le lleva a concebir el que muchos consideran su mejor poema: "A un año de tu luz" o dejar escrito el viril testamento en su "Canto a los hijos".

viernes, diciembre 07, 2007

PALABRAS HOMÓFONAS.

Hay una serie de palabras que suenan igual, que el oído percibe de la misma forma, pero que tienen diferente escritura. Lo que las distingue gráficamente no es más que el cambio de una o dos letras. Sin embargo, en cuanto al significado son diametralmente diferentes. Desde el punto de vista técnico, estas palabras se llaman homófonas."Homo" proviene del griego y quiere decir "igual". Fono", también del griego, significa "sonido". Como siempre, sólo trataremos algunas.
Bello/ Vello.
Bello. Adjetivo. Que tiene belleza.
Vello. Sustantivo. Pelo que sale más corto y suave que el de la cabeza y de la barba, en algunas partes del cuerpo humano.
Cauce/ Cause.
Cauce. Sustantivo. Lecho de los ríos y arroyos.
Cause. Forma del verbo causar.
Bazo / vaso.
Bazo. Sustantivo. Víscera propia de los vertebrados, de color rojo oscuro y forma variada, situada casi siempre a la izquierda del estómago, que destruye los hematíes caducos y participa en la formación de los linfocitos.
Vaso. Sustantivo. Pieza cóncava de mayor o menor tamaño, capaz de contener algo.
Ay/ hay.
Ay. Interjección que expresa dolor o sorpresa. Se usa a menudo como sustantivo masculino. Su plural es ayes.
Hay. Forma del verbo haber.
Haber / a ver.
No debe confundirse el infinitivo haber con la expresión homófona a ver, constituida por la preposición a y el infinitivo ver.
A ver es una expresión fija que presenta distintos valores y usos en muchos de los cuales puede reemplazarse por veamos, lo que pone de manifiesto su relación con el verbo ver y no con haber: A ver con quién aparece mañana en la fiesta [= Veamos con quién aparece mañana en la fiesta]; A ver si te atreves a decírselo a la cara [= Veamos si te atreves a decírselo a la cara].
Censual / sensual.
Censual. Adjetivo. Perteneciente o relativo al censo.
Sensual. Adjetivo. Perteneciente o relativo a las sensaciones de los sentidos.
Aprehender y aprender.
Aprehender: sujetar, asir. Después de una larga persecución, lo aprehendieron.
Aprender: adquirir conocimientos. Le costó aprender esa explicación.
Haya /Aya.
haya1.
1. f. Árbol de la familia de las Fagáceas, que crece hasta 30 m de altura.
haya2.
Primera persona del singular del presente del subjuntivo del verbo haber.
Aya. Persona encargada en las casas principales de custodiar niños o jóvenes y de cuidar de su crianza y educación.

jueves, diciembre 06, 2007

DUDAS: INFRINGIR - INFLIGIR.

Al cruzarse en la mente del usuario estos dos verbos, no es nada infrecuente que nos tropecemos con normas *infligidas, derrotas *infringidas, heridas *inflingidas.
Acaso pueda ponerse orden en este maremágnum, si atendemos a que la voz infligir presenta la misma raíz que afligir y que produce aflicción, pues alude siempre a golpes, castigos, humillación o derrota; en cuanto a infringir se relaciona con infracción, infractor, pertenecen a su familia léxica también voces como fractura, frágil, y alude siempre al quebrantamiento de normas, leyes, órdenes.
Infringir.

Quebrantar [una ley, un precepto o un acuerdo]’: «A usted, don Modesto, le podrá parecer que infrinjo las disposiciones legales, y yo estoy de acuerdo, pero no soy el único» (GaBadell Funeral [Esp. 1975]); «—Quedan detenidos. —De ninguna manera. No estamos infringiendo la ley» (Ramos/Lejbowicz Corazones [Arg. 1991]).
No debe confundirse con infligir (se) (‘causar (se) [un daño]’; como ocurre en este ejemplo:
«En el séptimo asalto Hurtado le infrigió otra herida en la frente» (DAméricas [EE. UU.] 25.6.97); debió decirse le infligió. No existe el verbo infrigir, error achacable al cruce con infligir: Has infrigido nuestro pacto.
Infligir (se).Causar (se) [un daño físico o moral] o imponer(se) [un castigo]’: «El movimiento insurgente le infligió una derrota sin paliativos» (Fajardo Epopeya [Esp. 1990]); «Un día papá me infligió una herida muy grande» (Ferré Batalla [P. Rico 1993]). No debe confundirse con el verbo infringir (‘quebrantar [una ley, un precepto o un acuerdo]’), como ocurre en este ejemplo:
«Esta actitud demuestra que la parte española ha infligido los acuerdos adoptados en Argel» (País [Esp.] 1.4.89); aquí debió decirse infringido.
Deben evitarse asimismo los cruces entre ambos verbos, que dan lugar a las formas inexistentes infrigir y, sobre todo, inflingir.
El hecho de que las infracciones sean origen de más de una aflicción no debe ser tenido en cuenta en una tesitura como ésta, si no queremos infringir las normas lingüísticas.

martes, diciembre 04, 2007

Significado de las palabras referendo, plebiscito y pírrico.

El presidente Hugo Chávez asumió el lunes su primera derrota electoral en casi nueve años en el poder, luego de que su polémica reforma constitucional fuera rechazada por un estrecho margen en el referendo celebrado el domingo en Venezuela.
...Este es un duro golpe para Chávez, que convirtió la campaña en un plebiscito sobre su gestión al advertir que quien votara contra su propuesta estaba votando contra él y contra su "revolución socialista."
…"Ustedes se la ganaron y es de ustedes, pero yo esa victoria pírrica no la hubiera querido," dijo el mandatario, que lucía cansado pero tranquilo frente a las cámaras de televisión.
Entrando en materia idiomática aprendamos el significado de las palabras: referendo, plebiscito y pírrico.
Referendo.
‘Procedimiento jurídico por el que se someten al voto popular leyes o actos administrativos’: «El pueblo expresó su criterio en un referendo» (Excélsior [Méx.] 21.10.96). Su plural es referendos. Debe preferirse esta forma hispanizada a la variante etimológica latina referéndum.
Plebiscito.
(Del lat. plebiscītum).
1. m. Resolución tomada por todo un pueblo a pluralidad de votos.
2. m. Consulta que los poderes públicos someten al voto popular directo para que apruebe o rechace una determinada propuesta sobre soberanía, ciudadanía, poderes excepcionales, etc.
3. m. Ley que la plebe de Roma establecía separadamente de las clases superiores de la república, a propuesta de su tribuno. Por algún tiempo obligaba solamente a los plebeyos, y después fue obligatoria para todo el pueblo.
Pírrico - ca.
Este adjetivo deriva de Pirros, nombre del rey de una región de la antigua Grecia que consiguió dos victorias en sendas batallas en las que su ejército sufrió graves pérdidas; de ahí su significado originario, que es, referido a triunfo o victoria,’ obtenido con grave daño para el vencedor’: «Habrá una victoria pírrica, porque todos nos hundiremos juntos» (Abc [Esp.] 31.1.78).
Hoy ha ampliado sus sentidos y significa también ‘[triunfo] conseguido por un margen pequeño o después de un gran esfuerzo’: «Solo una racha de inspiración individual [...] permitió convertir una victoria pírrica en un triunfo desahogado» (Vanguardia [Esp.] 30.10.95); y ‘de poco o insuficiente valor en relación con el esfuerzo invertido’: «Salarios pírricos para los educadores» (Nacional [Ven.] 24.7.00).

domingo, diciembre 02, 2007

DUDAS: VOTAR - BOTAR - VOTA - BOTA - VOTO - BOTO.

Hablando de dudas idiomáticas y decisiones importantes. El pueblo venezolano se debate en el día de hoy entre votar (ejercer el derecho al voto) o no hacerlo en el referendo para aceptar o botar (echar, tirar, arrojar al olvido) la Reforma Constitucional propuesta por el Comandante Hugo Rafael Chávez Frías.
Aclaremos las dudas referentes a estas palabras y por favor ejerzamos civilmente nuestro derecho al voto. El futuro de nuestro país está en nuestras manos. Yo voto. ¡Vota tú!
Votar.
(Del lat. votāre).
1. Como intransitivo, dicho de una persona, ‘dar su voto’: «Ahora los ciudadanos podrán votar correctamente» (Abc [Par.] 27.10.96). A menudo se especifica el sentido del voto mediante un complemento introducido con por, a favor de, contra o en contra de: «Apagué la tele y supe que nunca votaría por él» (Serrano Vida [Chile 1995]); «Votamos a favor del Tratado de Libre Comercio Canadá-Chile» (DAméricas [EE. UU.] 12.5.97); «Los miembros del partido oficial votaron en contra de la propuesta» (Gordon Crisis [Méx. 1989]).
En España y en el español rioplatense, es habitual que, si el voto se da a una persona o partido, se construya como transitivo, con complemento directo: «¿Piensa votar a Izquierda Unida? Ya los voté en las pasadas elecciones» (Cambio 16 [Esp.] 20.8.90); «¿Por qué habría que votar a Cafiero y no a Pierri?» (Clarín [Arg.] 12.1.97).
2. Cuando significa ‘someter [algo] a votación’ y ‘aprobar [algo] mediante votación’, es transitivo: «Yo propongo que votemos la proposición de don Melquiades: a ver, los que estén por enterrar las armas que levanten la mano» (Santander Milagro [Méx. 1984]); «En diciembre votaron el presupuesto para 1997» (Clarín [Arg.] 7.1.97).
Botar.
(Del germ. *bōtan, golpear).
1. tr. Arrojar, tirar, echar fuera a alguien o algo.
Voto.
(Del lat. votum).
1. m. Expresión pública o secreta de una preferencia ante una opción.
2. m. Gesto, papeleta u otro objeto con que se expresa tal preferencia.
3. m. Parecer o dictamen explicado en una congregación o junta en orden a una decisión.
Yo voto. Primera persona del presente del singular del verbo votar.
No confundir con boto (tercera persona del singular del verbo botar)
El vota. Tercera persona del presente del singular del verbo votar.
El bota. Tercera persona presente del singular del verbo botar.
¡Vota! Segunda persona imperativo de votar.
¡Bota!Segunda persona imperativo de botar.
Bota.
bota1.
(Del lat. tardío buttis, odre, con adaptación de la terminación al gén. correspondiente).
1. f. Cuero pequeño empegado por su parte interior y cosido por sus bordes, que remata en un cuello con brocal de cuerno, madera u otro material, destinado especialmente a contener vino.
2. f. Cuba para guardar vino y otros líquidos.
3. f. Medida para líquidos, equivalente a 32 cántaras o 516 l aproximadamente.
bota2.
(Del fr. botte).
1. f. Calzado, generalmente de cuero, que resguarda el pie, el tobillo y, a veces, una parte de la pierna. Bota de montar, de montaña, de esquí.
2. f. Especie de borceguí de piel o tela que usaban las mujeres.
3. f. Esp. Calzado de material resistente que, por lo general, no cubre el tobillo y se usa para la práctica de ciertos deportes. Bota de fútbol.
Consulta aquí.